LEONARDO RIVADENEIRA
Llevamos años considerando al estado ecuatoriano como
incapaz de lograr estabilidad para sus habitantes, por más que se establezcan
nuevas leyes para mejorar el comportamiento de la sociedad, situación que alarma
ante la mediocridad de la clase política enquistada en casi todos los
estamentos dónde se administre dinero.
Parte del estado ecuatoriano son los gobiernos autónomos
descentralizados provincial, cantonal y parroquial que manejan por ley miles de
millones al año, de esa cantidad la provincia de Santa Elena se nutre con más
150 millones al año, sin embargo, no se observa en obras esa obscena cantidad
de dinero, lo que se ve a simple vista es una provincia con escaso crecimiento
en todos los ámbitos.
Sin productividad o por una deficiente administración de prefectura,
municipios y juntas parroquiales, el dinero se va en burocracia, contratos
alegres y grandes festejos, somos la provincia más pobre que realiza los
festejos más caros en el país.
Ante esta realidad hay la esperanza que la ciudadanía elija
nuevas autoridades que administren con sensatez, honradez y eficiencia los
dineros que nos corresponde, solo así veremos obras que beneficie a la
provincia.
El cantón La libertad es el más pequeño de la provincia de
Santa Elena, no sobrepasa los 27 kilómetros cuadrados, debería poseer en un 95%
de todos los servicios básicos como: alcantarillado, desfogue de agua lluvias y
servicio de agua potable y no los ha logrado en 32 años de ser cantón, si nos
regimos con esa realidad como ejemplo,
cuántos años necesitará el cantón Santa Elena para ser considerado estadísticamente
como un cantón que cumple con el 80% de
servicio básicos, lo más probable es que deba pasar un siglo.
Asi ni los seres que recién nacen podrán utilizar esos servicios básicos en la mayoría de sectores del cantón santa Elena.
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