El 24 de julio se conmemora el Día Internacional del Autocuidado, en donde se resalta que adoptar hábitos saludables y asumir un rol activo frente al bienestar se ha consolidado como una de las estrategias más efectivas para preservar la salud, prevenir enfermedades y aportar a la sostenibilidad del sistema sanitario. Más que una tendencia, es una responsabilidad que además conecta cuerpo, mente y entorno.
Lecciones de las zonas más saludables del mundo
Un ejemplo inspirador son las denominadas “Zonas Azules”, regiones donde las personas viven más y con mejor calidad de vida. Okinawa (Japón), Cerdeña (Italia) y la península de Nicoya (Costa Rica) comparten costumbres como una alimentación rica en vegetales, actividad física natural, bajo estrés, entornos sociales sólidos y un fuerte sentido de propósito. Estos hábitos demuestran que la longevidad está directamente relacionada con estilos de vida coherentes, sostenibles y centrados en el bienestar diario.
En entornos urbanos, cuidarse puede ser tan sencillo como caminar al aire libre, participar en actividades grupales, exponerse con moderación al sol, mantener una dieta balanceada, evitar el consumo de sustancias nocivas o gestionar el estrés con pausas activas. También implica informarse correctamente sobre el uso de suplementos nutricionales y medicamentos de venta libre, especialmente en casos de deficiencias alimentarias o necesidades puntuales.
“El
cuidado personal no reemplaza al profesional médico, pero sí fortalece una
cultura de prevención al reducir riesgos y promover el bienestar integral”,
afirma la doctora Alexandra Vega, gerente médica y de farmacovigilancia de
Genfar.
Consultar a tiempo también es cuidarse
Además
de promover buenos hábitos, es clave saber cuándo acudir al médico. Realizar
chequeos regulares, cumplir con esquemas de vacunación y someterse a exámenes
de rutina según la edad y el género son acciones fundamentales. Ante síntomas
persistentes o condiciones específicas, la primera consulta debe ser con el
médico general, quien orientará al paciente hacia el especialista
correspondiente si es necesario.
Las empresas también suman
El entorno laboral juega un papel crucial en este proceso. Muchas compañías están adoptando programas de pausas activas, alimentación saludable, espacios para la actividad física y estrategias para promover la salud mental. Estas acciones, además de proteger a los colaboradores, mejoran su calidad de vida y productividad.
“Desde Genfar, nuestro compromiso es fomentar la educación en el uso responsable de medicamentos, apoyar campañas que prevengan la automedicación y ofrecer productos confiables que faciliten el bienestar desde el hogar”, concluye la doctora Vega.
En
resumen, cuidarse no es un acto individualista, sino una responsabilidad
compartida entre las personas, los profesionales de la salud, las empresas y la
industria. Fomentar esta cultura es esencial para vivir mejor, prevenir
enfermedades y reducir la presión sobre los servicios médicos.