LEONARDO RIVADENEIRA
Los textos de enseñanza primaria siguen adoleciendo de ciertos
contenidos y se excluye por otro año más conceptos sobre ética, moral, arte y
cultura, en una sociedad que se degrada a una velocidad geométrica, prueba de
ello son las noticias en los medios sobre, drogas, asesinatos, sicariatos,
femicidios, violaciones que ocurren en los hogares ecuatorianos, en mucho de
ellos crecen hijos- estudiantes que observan y se afectan por estos conflictos
familiares.
Desgraciadamente el Ministerio de Educación no ha podido
capear esta situación por décadas, la falta de valores éticos y morales en los
hogares se ha salido de control, la labor de las psicólogas de los
establecimientos educativos es insuficiente, porque las causas de los alumnos
afectados no tienen posibilidad de cambio por ahora, en muchos hogares existen
situaciones disfuncionales, padres, hermanos y afines que consumen o comercializan
drogas, no sabemos en qué porcentaje, pero está afectando al rendimiento del
estudiante.
Ni la cercanía del profesorado con los padres de familia ha
servido para que esta disfuncionalidad familiar cambie.
Ante la pandemia y la falta de hogares con Internet se tomó
una resolución equivocada no dejar de año a los alumnos, estos eso fue lo
primero que el estudiantado captó, así los porcentajes de asistencia virtual fueron
bajos, la entrega de portafolios se les permitió hasta el último, bien por los
que no tienen Internet, mal por lo que se aprovecharon de ese argumento.
Con ese ejemplo nos damos cuenta que los valores éticos y
morales deben incluirse desde el inicio, porque la viveza criolla aparece desde
temprana edad, lo que da a entender que nuestros estudiantes tienen talento e
inteligencia, pero la subutilizan por falta de interés.
Otro año que el Ministerio de Educación no inicia el cambio
a favor de los estudiantes, probablemente muchos funcionarios de esa
institución dan la vuelta al mundo, percibiendo la educación a nivel mundial,
pero solo queda en eso, en conocer la histórica enseñanza japonesa, finlandesa y
más.
La resultante una nueva Ministro de Educación, María Brown, que
se la observa contenta, optimista, como que la asistencia presencial sea el
triunfo, y no los contenidos en la educación básica, regidos por un Marco Legal
Educativo, extenso e imposible de cumplir.