sábado, 27 de junio de 2015

EL PUEBLO PENINSULAR EN INDEFENSIÓN

10:55


La sociedad civil no pretende hacerse con el poder cuando protesta, sino influir para que las autoridades elegidas democráticamente cambien para que beneficien a la masa, a ese  pueblo que no goza de reservas económicas,  que se ve sorprendido porque unos cuantos tecnócratas deciden que el pueblo debe pagar más por el uso del trasporte público.
Así de la noche a la mañana miles de familias de la provincia de Santa Elena de escasos recursos han tenido que aceptar por la fuerza o pagan por las tarjetas electrónicas o no viajan, inclusive la exministra de Transporte y Obras Públicas dijo seguramente en un "lapsus" que los santaelenenses  deberían sentirse orgullosos de contar con una tarjeta electrónica. Que orgullo puede sentir el pueblo pobre de esta provincia, cuando se le obliga a la fuerza a comprar una tarjeta electrónica con un  costo de $ 2 dólares, es decir que hay que pagar por lo menos $ 3 dólares para tener un saldo de $1, sale de su casa, regresa y si tiene que hacer un trasbordo ya no tiene saldo porque ha consumido 0.93, por un pasaje inusual de $ 0.31.
Y el pueblo se pregunta, cómo aquí cerca en Guayaquil, el usuario  compraba una tarjeta electrónica al principio en $0.50 con un $ 1 tenía para ir y regresar. Allá usted sale del Guasmo (al sur de Guayaquil) y llega a la terminal Daule de la metrovía al norte de Guayaquil) por $0.25 y si se  le olvido algo, y se encuentra en la terminal de la metrovía, no importa se sube nuevamente y regresa a sus casa y solo ha gastado $ 0.25.

Acá los pobres santaeleneses, no tienen esa ventaja,  probablemente porque el pueblo santaelenense es crédulo, serio, respetuoso del orden, no enseñado a protestar, eso le está haciendo daño, porque confía en las autoridades que nunca piensan en ellos


Así el santaelenense está indefenso, se imponen las instituciones de servicio y no nos queda más que acatar y rogar que no incrementen eso valores. Este pueblo se va guardando las injusticias en su contra, va observando, quién lo defiende, quién se preocupa por ello, y decidirá en las lides electorales.

 

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