La
inversión en salud visual podría revertir las estimaciones de ceguera
prevenible a nivel mundial, la cual se estima que podría afectar a más de 1.100
millones de personas para 2030, de acuerdo con el Instituto WiFor. En este
contexto, las futuras innovaciones y avances científicos en diagnóstico y
tratamiento se convierten en un eje fundamental para cambiar esta realidad.
¿Cuál es el panorama en Ecuador?
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En
Ecuador, las enfermedades oftalmológicas, muchas vinculadas al envejecimiento,
la diabetes y otras condiciones crónicas, afectan a miles de personas,
comprometiendo no solo su calidad de vida, sino también su capacidad de
trabajar, estudiar y participar plenamente en la sociedad. Según el Dr. Esteban
Ortiz, médico salubrista y divulgador científico, más de 7.200 personas
acudieron a consultorios por pérdida visual asociada a diabetes, y actualmente
20 personas al día son diagnosticadas con algún tipo de ceguera prevenible.
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Según
el estudio STEPS 2018 del Ministerio de Salud Pública del Ecuador (MSP) y el
análisis de Lucio, Terán y Luque (2023), más de 60.000 personas viven con
discapacidad visual severa en Ecuador y uno de los factores más críticos
asociados a la pérdida visual es la diabetes mellitus tipo 2, que afecta al
7,1% de la población ecuatoriana. Entre ellos, el 34,6% desarrolla retinopatía
diabética, una condición que puede llevar a la ceguera.
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Según
la Sociedad Ecuatoriana de Oftalmología (2023), la Degeneración Macular
Asociada a la Edad (DMAE) afecta al 13% de los adultos mayores de 65 años. De
ellos, el 90% presenta la forma seca de la enfermedad, que deteriora
progresivamente la visión central. Este tipo de patologías degenerativas, al
igual que el glaucoma o la retinopatía diabética, son responsables de miles de
casos de ceguera que podrían haberse prevenido.
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El edema macular
diabético (EMD), complicación frecuente de la retinopatía diabética, se ha
convertido en una de las principales causas de ceguera en personas en edad
productiva, lo que multiplica su impacto económico y social en el país (Lucio
R, Terán JA, Luque P. Economic burden of
avoidable blindness due to diabetic macular edema in Ecuador, 2023).
¿Por qué la innovación es vital?
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Los
avances científicos en salud visual no solo representan acceso a diagnósticos
oportunos y nuevos tratamientos que pueden mejorar la calidad de vida de los
pacientes; también evitan las pérdidas de productividad generadas por las
enfermedades visuales y reducen los costos.
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Según
un estudio del Instituto WifOR realizado en 10 países, la carga socioeconómica
total del EMD (Edema Macular Diabético) y la nAMD (Degeneración Macular
Neovascular) fue de aproximadamente USD 356 mil millones entre 2017 y 2023.
Esta cifra podría acumularse hasta los USD 715 mil millones en el período
2024-2032.
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Solo
en 2023, el impacto económico de estas patologías visuales alcanzó los USD 60
mil millones y se espera que aumente un 64% para 2032, superando los USD 98 mil
millones. En los próximos cinco años, se prevé un incremento superior al 30%,
con consecuencias significativas para los sistemas de salud y las economías de
la región.
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En
Ecuador, el Sistema Nacional de Salud (SNS) destina aproximadamente USD 259,7
millones anuales al tratamiento de la ceguera causada por retinopatía diabética
(RD) y edema macular diabético (EMD) (Lucio R, Terán JA, Luque P. Economic burden of avoidable blindness due
to diabetic macular edema in Ecuador, 2023).
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De ese costo, 92,4%
corresponde a pérdida de productividad, lo que refleja que el mayor impacto no
está en el gasto médico directo, sino en el tiempo de pacientes y cuidadores,
la pérdida laboral y las transferencias estatales (Lucio R, Terán JA, Luque P. Economic burden of avoidable blindness due
to diabetic macular edema in Ecuador, 2023).
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La
implementación de medidas de prevención por parte del Estado significaría una
inversión de USD 108,5 millones anuales. De este modo, el ahorro estimado sería
de USD 151,2 millones anuales (Lucio R, Terán JA, Luque P. Economic burden of avoidable blindness due to diabetic macular edema in
Ecuador, 2023).
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La estructura del
gasto en prevención es igualmente reveladora: el 73,8% se destina a promoción y
educación en salud, mientras que solo el 26,2% corresponde a tratamiento médico
directo. Esto confirma que la prevención no solo es más costo-efectiva, sino
que se apoya en medidas educativas y de concientización.
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La
prevención por persona tiene un costo anual de USD 1.809, mientras que mantener
a una persona con ceguera asciende a USD 57.570 al año (Lucio R, Terán JA,
Luque P. Economic burden of avoidable
blindness due to diabetic macular edema in Ecuador, 2023).
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Traducido
a términos macroeconómicos: invertir en prevención equivale al 28% del PIB per
cápita, mientras que sostener a una persona que ha quedado ciega por EMD
equivale al 900% del PIB per cápita anual.
¿Qué acciones se han implementado?
En
Ecuador, se han llevado a cabo estrategias para fomentar el diálogo y acciones
concretas, como el I Foro Nacional sobre Salud Visual y Ceguera
Evitable, donde se
compartieron datos contundentes:
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Existe
poca cantidad de profesionales en oftalmología para la cantidad de habitantes,
según Liana Camargo, Oftalmóloga de Roche Latam.
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Existen
aproximadamente 540 millones de pacientes diabéticos en el mundo (Fuente: Roche
Ecuador).
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La
incidencia en el país de la retinopatía diabética es del 5,5%, lo que se
traduce en 180.000 personas con esta enfermedad visual en específico, y se
estima que 4.500 personas perdieron la visión por esta causa. El 5,53% de
personas no cuenta con un diagnóstico, según el Dr. Patricio Flor, médico
especialista retinólogo.
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Según
la OMS, más del 80% de los casos de ceguera son prevenibles, lo que evidencia
una brecha crítica en diagnóstico, acceso y educación.
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El
glaucoma, por su parte, según el portal Oftalmólogo
al Día, es la segunda causa más común de ceguera en América Latina. En
Ecuador, se estima que entre el 3% y el 4% de la población lo padece. Hasta el
96% de los casos no se detectan a tiempo, lo que retrasa el tratamiento y
agrava el pronóstico.
¿Cuál es el compromiso de Roche?
“Tenemos
un compromiso fuerte con el país. Traemos la ciencia, la experiencia, la
innovación y los datos que permiten avanzar. Pero la innovación solo tiene
impacto si llega a quienes más la necesitan. Innovar es prevenir, es generar
soluciones eficientes, es transformar realidades. Es momento de que todos los
sectores —academia, profesionales de la salud, pacientes, asociaciones,
gobierno y empresas privadas— trabajemos juntos para que la salud visual sea un
derecho y no un privilegio”, explica Oana Matei, Gerente General de Roche
Pharma Ecuador.
Propuestas para avanzar
Es
indispensable fomentar la conciencia y dar el paso definitivo a la acción en
base a una perspectiva integral que incluya:
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Establecer
mesas técnicas multisectoriales que se realicen periódicamente.
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Crear
una plataforma única para pacientes oftalmológicos.
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Fortalecer
los programas de educación sobre salud visual y diabetes desde la infancia.
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Invertir
en tecnologías de diagnóstico y terapias innovadoras.
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Impulsar
políticas públicas sostenibles que garanticen acceso equitativo a la atención
visual.
Mirando hacia adelante
En
un país donde los desafíos del sistema de salud son múltiples, apostar por la
innovación en oftalmología significa apostar por una población más saludable,
productiva y autónoma.
La
evidencia económica es clara: cada paciente ciego cuesta USD 33.519 más por año
que invertir en prevenir su discapacidad, y la mayor parte de la carga
económica proviene de la pérdida de productividad y no de los costos médicos
directos (Lucio R, Terán JA, Luque P. Economic
burden of avoidable blindness due to diabetic macular edema in Ecuador,
2023).
Invertir
en políticas públicas de detección temprana y tratamiento del EMD no solo es
prudente, sino costo-efectivo y socialmente beneficioso.
En
Roche reafirmamos nuestro compromiso de acompañar al país con ciencia,
experiencia y colaboración para que la salud visual sea una prioridad nacional
y un derecho garantizado para cada persona.
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