LEONARDO RIVADENEIRA
Cuando la ciudadanía elige un alcalde o alcaldesa por lo menos espera que la capital urbana donde reside el 42% de los votantes mejore sus condiciones en servicios viales y básicos (alcantarillado, aguas lluvias y potable), lo mismo se espera del ornato, es decir embellecimiento del casco central.
Nada de eso ocurre en la última administración de la actual alcaldesa Aquino, aunque revisando el portal de compras públicas ha gastado algunos millones de dólares para realizar las consabidas fiestas de cantonización, descubrimiento, o navideña, etc. Disfrazadas con el cuento de generar turismo, emprendimiento, civismo, y lo peor la desfachatez más grande que con ello se mejora la economía de la ciudad convertida en un mercado de informales que pagan por ocupar la vía pública.
La actual alcaldesa María del Carmen Aquino y su grupo afín, la mayoría incapaces, sin talento en todas las áreas desde lo jurídico, obras públicas, y planificación, que son noticias y mencionados por su mal accionar y no por lo bueno que debería ser lo normal. Añadiendo a ese grupo a los inoperantes concejales que son una vergüenza para el cantón que hacen recordar el eslogan del pueblo que son borregos de la alcaldesa. Ya que no han encontrado en su función fiscalizadora sobreprecios, despilfarro.
Lo más lamentable a pretexto de proyectos de emprendimientos han gastado millones de dólares entre ellos los famosos pollitos entregados por la alcaldesa Aquino antes de firmar el contrato en el portal de compras públicas. Contraloría ni siquiera revisará ese dolo, porque es una institución cuyos servidores públicos viven en una burbuja rosada, en un mundo donde con $2000 dólares mensuales se compran buenas casas y vehículos, educan a sus hijos en colegio particulares y hasta se dan el lujo de viajar al exterior.
Probablemente los votantes de la zona rural no conocen la incapacidad de la alcaldesa Aquino y sus concejales, hasta ahora funciona la planta procesadora de agua potable de la zona norte de $20.000.000, pagados en un 95%, por eso lo tratan de entretener dándoles pescaditos, pollitos, huertos agrícolas, fiestitas, haciéndoles creer que son regalos de la alcaldesa, cuando en realidad son fondos municipales maquillados vergonzosamente como proyectos para que compras públicas lo apruebe.
Así el cantón Santa Elena se ha visto perjudicado por esta gente con poder en el concejo, pero sin conocimiento para beneficiar a la ciudadanía. Lo que es peor aprueban un presupuesto para el año 2026 de $53.000.000 que lo gastarán a sus anchas porque el centro de la ciudad volverán a pavimentarlo, es decir en 3 años se repetirá la historia, asfalto para las calles que ya se asfaltaron. Con ello cree la alcaldesa Aquino que podrá reelegirse, de soñar también se vive, pero maltratar al ciudadano y estancar el cantón en la urbe no son argumentos valederos para que eso ocurra.
Mientras el ciudadano siga esperando dádivas su realidad de necesidades y pobreza no cambiará, aprovechándose de esta práctica la alcaldesa María del Carmen Aquino espera el año 2026 candidatizarse nuevamente, el pueblo decidirá si la premia o la condena ya que en febrero 2027 se realizarán las elecciones seccionales.

