En 2025, ofrecer un buen salario ya no es suficiente para retener al
mejor talento. En un entorno laboral donde el cambio es constante y los modelos
híbridos se consolidan, los profesionales están priorizando el bienestar
emocional, la flexibilidad y el sentido del propósito. Aquellas organizaciones
que comprenden esta transformación están logrando equipos más estables,
innovadores y comprometidos.
Una investigación de THT Multilatina revela que el 36 % de los empleados
latinoamericanos considera el salario emocional (como la flexibilidad,
reconocimiento, oportunidades de crecimiento y sentido de pertenencia) como el
factor más importante para comprometerse con una empresa. Le siguen el trato
digno (19 %) y la formación continua, lo que reafirma una demanda de
condiciones más humanas y coherentes con los valores personales. Esta
transformación de prioridades también se alinea con el enfoque académico de
instituciones como BIU University Miami,
que ha identificado que las nuevas generaciones no solo buscan progresar
profesionalmente, sino también pertenecer a entornos laborales humanos,
flexibles y coherentes con sus valores personales.
Además, según un informe de McKinsey, los modelos de trabajo híbridos
que promueven la autonomía y el balance vida-trabajo no solo retienen talento,
sino que pueden incrementar los ingresos corporativos hasta en un 35 %. A esta
conclusión se suma la Cámara de Comercio de Quito, que en febrero de 2023
reportó que el trabajo híbrido puede aumentar la productividad empresarial en
un 37 %. Pero los beneficios no se limitan al formato de trabajo, la motivación
laboral ahora se construye desde lo emocional.
La revolución de las
habilidades blandas
En este contexto, las habilidades blandas se han consolidado como el
verdadero diferencial de las organizaciones exitosas. De acuerdo con un estudio
conjunto de Harvard University, Carnegie Foundation y Stanford Research Center,
el 85 % del éxito profesional proviene de competencias como la empatía, la
comunicación y la adaptabilidad, mientras que solo el 15 % se atribuye a
habilidades técnicas.
Esta visión la refuerzan cifras del informe Human Capital Trends 2023 de
Deloitte, donde se indica que las organizaciones que priorizan un enfoque
basado en habilidades (especialmente las blandas) son un 57 % más ágiles y
resilientes ante los cambios del entorno.
Además, un reciente estudio internacional reveló que el 97 % de los
empleadores considera que las habilidades blandas son tan importantes o más que
las técnicas, y que el 89 % de los errores en contratación se deben
precisamente a la falta de estas competencias. Desde BIU University, se
reconoce a las habilidades blandas como la base del liderazgo humano. En su
artículo “Soft skills: un activo laboral muy demandado”, destacan la
creatividad, adaptabilidad, inteligencia emocional, colaboración y persuasión como
habilidades vitales.
Caso de éxito: Patagonia,
cultura que retiene
Un ejemplo destacado es el de Patagonia, la marca de ropa outdoor
reconocida por su enfoque centrado en el propósito. Esta compañía ha
implementado políticas como jornadas flexibles, tiempo libre remunerado para
activismo ambiental y beneficios de bienestar mental, logrando una tasa de
rotación inferior al 4 %, frente al promedio del 13 % en su sector. En
Patagonia, la cultura organizacional es la estrategia de retención.
Formación alineada al nuevo
talento
BIU integra estas competencias en sus programas a través de SUJIS – Step Up Journey Into Success, un
programa de desarrollo profesional que incluye diagnóstico y fortalecimiento
continuo de habilidades blandas, mentorías y herramientas como el Predictive
Index, Test VUCA y Test de Resiliencia para impulsar el crecimiento
interpersonal de los estudiantes. “En un entorno donde el conocimiento técnico
se vuelve rápidamente obsoleto, las habilidades blandas son el ancla que
permite liderar, innovar y adaptarse con sentido. No solo formamos
profesionales, formamos seres humanos conscientes de su impacto”, asegura
Eduardo Atencio, Director Of Professional Development de BIU.
Así, BIU University no solo forma profesionales con conocimiento
técnico, sino con liderazgo emocional, comunicación eficaz y pensamiento
estratégico: las capacidades que, en 2025, se han convertido en el salario emocional más valorado.