martes, 2 de noviembre de 2021

De la silla de ruedas a la maratón: la inspiradora historia de una mujer israelí

09:35

 


La fuerza de voluntad llevó a Nina Novoslov (51) a levantarse del sofá, recuperarse de una lesión y subir al podio de los ganadores. «Si hace dos años alguien me hubiera dicho que iba a correr una media maratón, no lo habría creído”, dice.

Nina Novoslov (51) no esperaba subir al podio en la carrera “Alrededor del Valle”, que se llevó a cabo hace dos semanas en el norte de Israel. Esta fue la segunda competición en la que participó en su vida, y ni siquiera el entrenador de su equipo de corredores, Sergio Alalauf, creía que lo lograría. «Pero tampoco nos sorprendió mucho», dice. Nina quedó en tercer lugar en su categoría de edad , pero no se conforma con ese éxito, ya que en un mes participará en una media maratón en Be’er Sheva. Nina alcanzó un impresionante logro a pesar de que hace cuatro años solía estar sentada o acostada en el sofá de su casa, mirando películas, comiendo y fumando varios cigarrillos al día. De hecho, sufría de sobrepeso y dolores.

Nina emigró a Israel desde la ex Unión Soviética hace 25 años y se asentó en Arad debido a que una gran parte de su familia se encontraba en ese poblado del sur. «Mi vida no fue fácil. Sufrí violencia doméstica, crié a mis hijas sola, en la pobreza, sin hogar y con muchas deudas. Después del divorcio me concentré solo en mis niñas. Mi meta en la vida consistía en ayudarlas a progresar. No pensaba en mí misma para nada», recuerda.

Nina Novoslov.
(Álbum personal)

“Nina tiene un carácter fuerte, una ‘educación soviética’. Es muy persistente, y en cuanto se fija un objetivo, no se rinde”

Sergio Alaluf, entrenador del equipo de corredores de Nina Novoslov

Nina trabaja desde hace 24 años en la panadería de un supermercado de Arad, donde realiza una tarea física dura. “Conducía temprano por la mañana al trabajo y llegaba a casa por la noche. Más allá de eso, no hacía nada: me quedaba en casa mirando películas y comiendo. También fumaba mucho; dos cajas al día», cuenta.

Hace siete años, sufrió una grave lesión en la pierna: un desgarro de los ligamentos cruzados, que requirió un período de rehabilitación y recuperación prolongado, durante el cual incluso se determinó que tenía un porcentaje de discapacidad. «En el lapso de casi un año me sometí a varias cirugías y a una rehabilitación dura. Estuve en silla de ruedas durante mucho tiempo. Sufría de obesidad, depresión y dolores insoportables. Me miré en el espejo y no me gustó lo que vi».

«Corrí un kilómetro y medio, y estaba feliz»

A sus hijas (hoy de 20 y 29 años), que ya se fueron de casa, también les costó ver cómo su madre se deterioraba. “Me dijeron: ‘Al menos ve a caminar, empieza a vivir, haz algo por tu salud’. Decidí que quería ver a mis nietos, por lo que un día me puse el calzado deportivo y salí a realizar una caminata”, expresa.

La caminata no le resultó sencilla, ya que Arad es una ciudad compuesta por varias subidas y bajadas. «No podía caminar ni un kilómetro, casi lloré esa noche», afirma. Luego, Nina decidió programar sus entrenamientos. «Un día a la semana salía a caminar y otro hacía entrenamiento de fuerza con videos instructivos que había encontrado en internet. Me di cuenta de que tenía que hacerlo y no me rendí», manifiesta. 

El antes y el después de Nina Novoslov.
(Álbum personal)

Luego de unos meses, logró aumentar la distancia de sus caminatas, llegando a recorrer entre 10 y 12 kilómetros. «En los descensos sentía que quería correr un poco, pero no sabía cómo». La pareja de su hija mayor, que suele correr con frecuencia, la llevó un sábado al estadio cerca de la casa de Nina. “Me explicó cómo empezar y corrí un kilómetro y medio. Estaba feliz. Comencé a correr despacio y cada tanto caminaba. Cada semana corría entre 300 y 500 metros adicionales, hasta que pude alcanzar 10 kilómetros a un ritmo continuo”, sostiene. Sin embargo, un día se lesionó durante el entrenamiento. «Fue una lesión de corredores sin experiencia, por lo que comencé a buscar un entrenador», dice.

Si bien hoy no estoy muy delgada, me siento más saludable, más joven. Mis hijas me dicen: ‘Mamá, te ves con diez años menos que hace dos años'»

Nina Nomoslov

Si bien no hay grupos de corredores en Arad, durante uno de los entrenamientos Nina se enteró de la existencia de Running B7, un importante equipo de corredores del sur del país. Durante los últimos dos años, ha estado viajando a Be’er Sheva tres veces por semana para entrenar junto con el grupo y los fines de semana ha estado corriendo largas distancias en Arad. «Debería llevar a cabo cinco entrenamientos, pero no tengo el tiempo para hacerlo”, señala.

“Nina tiene un carácter fuerte, una ‘educación soviética’. Es muy persistente, y en cuanto se fija un objetivo, no se rinde”, explica su entrenador Alaluf. «Comenzó lentamente, mejoró tiempos y aumentó distancias, y continúa entrenando incluso cuando tiene dolor. También se cuida a sí misma: acude a sesiones de fisioterapia y masajes. Se concentra mucho y escucha las instrucciones con atención. Ojalá todos los corredores que entreno fueran como ella», añade.

«Tengo sueños que cumplir»

El pasado mes de febrero participó en la primera media maratón, y hace dos semanas corrió una carrera en la que quedó tercera en la categoría de su edad. El mes próximo participará en la media maratón en Beer Sheva. «Las metas dan fuerza para entrenar. Tengo sueños que cumplir», sostiene Nina.

Nina Novoslov en sus entrenamientos y en el podio de los ganadores.
(Álbum personal)

Correr, comenta Nina, ha cambiado su vida. “Hoy soy una persona feliz. Tengo una vida, muchas experiencias, no solo televisión y comida. Saber que debo entrenar a la tarde me cambia el día entero, y el grupo es como una segunda familia para mí. Mi vida dio una vuelta 180 grados y estoy muy contenta”, indica.

Nina también participó en un taller para dejar de fumar. «Dejé el cigarrillo. Si bien hoy no estoy muy delgada, me siento más saludable, más joven. Mis hijas me dicen: ‘Mamá, te ves con diez años menos que hace dos años'», cuenta.

«Me siento completamente diferente, y durante los últimos dos años apenas he tenido un resfriado. El entrenamiento para correr también ayuda a lidiar con los síntomas de la menopausia. Veo la diferencia en las mujeres de mi edad que no hacen ejercicio, especialmente en la menopausia, y las noto completamente diferentes: deprimidas y envejecidas», afirma.

 Fuente: Ynet Español  https://www.ynetespanol.com/tendencias/historias/article/r1t1zghuk

 

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