El proyecto un tanto utópico de Benjamín Carrión por
masificar el conocimiento y la cultura va perdiendo su objetivo ante la
decisión de algunos mandamases de la Casa de la Cultura, de crear trabas y que a
través de una misiva firmada puedan participar en las elecciones de cada uno de
los núcleos provinciales tanto para dirigirla como para elegir.
Polémica que genera división, se parece a la realidad política
actual, da a entender que los miembros son una clase privilegiada y los gestores
culturales no, aunque ambos se concentran en crear y tratar de difundir sus
propuestas sean de arte o cultura.
Pero todos estos gestores culturales necesitan vivir, para
ello las directrices la marca el estado, desgraciadamente los apoyos económicos
son miserables, salen concursos en la que se duda de su imparcialidad, así
esfuerzos de años quedan truncados y desaniman a los autores de aquellos
variados proyectos en detrimento para la cultura en general.
En qué quedará esta polémica que ahora parece andar en el campo
judicial, lo sabremos en los próximos días. Lo preocupante es la actitud e
interés de ciertos miembros por crear estos requisitos para tener controlados a
los votantes, no le será fácil este objetivo con mentalidad reduccionista,
porque ahora los seres activos culturales son miles y la mentalidad de ellos
poco conocen, ¿cómo podrán convencerlos para que lo eleven a presidente de los
núcleos?
Los miembros antiguos de la Casa de la Cultura deben
recordar que tampoco fueron superdotados cuando hicieron sus primeros escarceos
o publicaciones, algunos tuvieron que corregir hasta su ortografía inicial, algo
así pasará con los gestores nuevos, lo importante es no detener esa mentalidad
de difundir la cultura, sabiendo que actualmente contamos con el apoyo de la Tecnología
de la Información y la Comunicación (TIC).
De lo contrario el país verá estancada la difusión cultural,
ahora dirigido por mandamases que poco aportan con creatividad y producción,
más vale se enseñaron al sueldo burocrático y no quieren irse, ahora con el pretexto de la pandemia, las presentaciones de libros y exposiciones son escasas, por gusto, porque es conocido que en dichas presentaciones apenas van familiares y amigos, pero asi es la burocracia cultural, manejadas por las actuales autoridades