viernes, 20 de noviembre de 2020

Una sociedad de mendigos es caldo de cultivo para los políticos en Santa Elena

23:12

 










LEONARDO RIVADENEIRA

Las estadísticas del INEC dan muestra de los niveles de pobreza en la provincia de Santa Elena por falta de producción a pesar de tener una sociedad en edad de laborar que asciende a 243.000 personas de un total de 372.000 habitantes. 100.000 de esas personas en edad de producir no lo hacen por diversas circunstancias.

Apenas 60.000 personas tienen un empleo adecuado y 80.000 laboran inadecuadamente.

Para solucionar esa debacle, indudablemente se necesitan de líderes que motiven a sus conciudadanos hacia un progreso constante a través de políticas de desarrollo sustentable, desgraciadamente en la provincia de Santa Elena se llaman líderes a los elegidos para manejar los gobiernos autónomos descentralizados en sus diferentes niveles, quizás por los fondos financieros que manejan, pero muchos administradores de esos GADS distan de calificarlos como líderes por sus falencias al no tener una óptica de la situación o al distraerse en otras intenciones políticas.

Una población que ha estado acostumbrada a que los políticos van a generar empleo, los tiene viviendo de la esperanza por años, lo que es peor en esta provincia se alternan los mismos de siempre ya por décadas, porque los votantes fáciles de convencer siguen en su rutina de vivir de promesas falsas

Aunado a ello, la corrupción alcanza todos los niveles, gads, universidad, direcciones provinciales y más, solapados por otros como contraloría y fiscalía.

Difícil es el cambio en esta provincia porque la mayoría de los ciudadanos están dormidos soñando en conseguir trabajo, creyendo que el próximo político salvará su pobreza, lo lamentable es que profesionales que han salido del alma mater, han caído en tedio y abulia, generando menos optimismo para el cambio. 

Políticamente los jóvenes han mostrado una ambición personal y no por el cambio de la sociedad, la prueba son los nuevos partidos políticos que sirvieron para que eso jóvenes se arrimen a los políticos de los gads que generosos lo acogen para utilizarlos.

Ante esta realidad quedan unos pocos ciudadanos rebeldes que desean cambios puntuales, pero no logran sustentar y difundir sus ideas a la sociedad peninsular, en muchos casos porque aquí valoramos al que ofrece dádivas, convirtiéndose la provincia en una sociedad de mendigos que no valora la cultura, la educación ni la ciencia, pero si el fútbol, la fiesta y el folklor.

 

 

 

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