LEONARDO RIVADENEIRA
Han pasado
generaciones de familias o ciudadanos que nacieron o vivieron en lo que hoy es
la provincia de Santa Elena, el proceso seguirá es interminable, sin embargo, a
la hora de sacar conclusiones son pocos los ciudadanos que van dejando un
legado en este ancestral territorio, un día le expresaba a un político joven,
ahora autoridad, su objetivo debería ser dejar un legado, pero no tanto en lo
económico, sino en otros aspectos.
En el campo
que los políticos manejan debería ser el desarrollo y progreso de la provincia,
de lo contrario serían uno más del montón de personajes que han administrado
esta región, que en cada inauguración de obra hablaron de progreso, sin embargo,
ante los ojos de los turistas seguimos siendo un pueblo subdesarrollado.
No hay
explicación de los especialistas, del porqué los habitantes de Santa Elena en
plena segunda década del siglo XXI, han caído en la abulia, es decir esa falta
de voluntad por cambiar esta realidad paupérrima.
Los habitantes
de Santa Elena deben olvidarse definitivamente que nuestras autoridades van a
lograr un milagro para mejorar nuestros ingresos, lo que han incrementado sus
ingresos son precisamente los que están encargado de transformar las
condiciones de vida nuestras que sigue siendo un sueño repetido cada que hay
elecciones.
Se observa
pequeños brotes de insatisfacción ciudadana, porque políticamente han cogido a
la provincia de Santa Elena como experimento para todo, como aquí no
protestamos, lo seguirán haciendo.
Hoy, se
quejan algunas autoridades que no hay dinero, claro los que se fueron los
dejaron con deudas, que los tiene casi inmovilizados.
Pero ese es
un concreto ejemplo de que si amáramos a la provincia no estaríamos en esta
situación sufriendo por fideicomisos pasados, cantones donde los catastros no
han crecido, por la poca inversión inmobiliaria privada, da cuenta que no hay
confianza en nuestras autoridades de turno.
Son tantos y
tantos ejemplos que muestran que hay muchos ciudadanos que no aman la provincia
y solo la quieren para sacar lucro deshonestamente.
Un ejemplo la UPSE después de 21 años no ha podido inmiscuirse en la solución a los problemas locales, ni siquiera están produciendo textos de investigación, en la proporción que debería
Estamos mal
en agricultura y turismo que son nuestras mejores cartas de progreso, no se
diga en ese largo proceso de cambiar la mentalidad del peninsular a través de
la cultura, es decir enseñándoles nuestras virtudes desde que son pequeños, a
los adultos será difícil cambiarlos, pero, no imposible.
Si seguimos
así, pasaremos del penúltimo puesto al último en cuanto a pobreza se refiere.
Y los mismos
cuatros pelagatos felices de tener ciudadanos que les gusta ser atropellados y
engañados constantemente.