viernes, 17 de noviembre de 2017

LA DEGRADACIÓN SOCIAL ALCANZA A LA PROVINCIA DE SANTA ELENA

20:10


A 10 años de su provincialización, es lamentable lo que está ocurriendo socialmente en la provincia de Santa Elena, parte de esta situación y responsabilidad la tienen las autoridades de elección popular y gubernamental, porque han limitado a la sociedad peninsular a que el ritmo de desarrollo lo impongan ellos.

La noticia del incremento del peaje ha dejado mudos a los peninsulares y a las autoridades locales, las decisiones gubernamentales se concretan ante una sociedad que no protesta, que se deja imponer, sabiendo que decisiones como esta nos van a perjudicar, es decir el gobierno soluciona su falta de dinero ocasionado por malas administraciones anteriores a costa de la economía de los habitantes de la provincia de Santa Elena que ya vienen padeciendo por la falta de empleo en los últimos años.

Se ha observado en estos 10 años que la sociedad peninsular se ha degradado debido a esa obsesión de las personas por mejorar su economía material para adaptarse a este mundo consumista.

Personas con capacidad, inteligencia, cultura, en su afán de superviviencia se anulan, se ciegan y desechan los principios morales y éticos, ni se diga de los espirituales, todo por lograr un trabajo adecuado, un cargo acorde a su estatus.

Por ese objetivo materialista la sociedad peninsular se ha visto abocada a una degradación social que sorprende, donde no solo la degradación es el alcoholismo y la drogadicción sino el irrespeto al entorno, la coíma, la comisión, el nepotismo y más

Así observamos degradación social al permitirse todo tipo de irrespeto al medio ambiente, donde la eliminación de desechos sólidos es una quimera, la descontaminación de las lagunas de oxidación igual, el ministerio de ambiente y las autoridades seccionales en silencio.

La degradación continúa cuando la mayoría de las entidades seccionales no cumplen con sus procesos financieros administrativos a cabalidad, muchos personajes del acontecer político han caído en esas fallas, lo peor es que la sociedad peninsular no cree en las instituciones de control porque no dan resultado, han dejado a la ciudadanía y a los medios de comunicación la investigación cuando deben hacerlo ellos.

Ni que decir sobre el vox populí de ciertos peninsulares que sorprendentemente se han enriquecido con sueldos medios, nada pasa, por eso la ambición de continuar en la cosa pública eternamente.

Suponemos que todos los gobernadores de la provincia de Santa Elena que desfilaron por ese cargo participaron para contribuir con la sociedad peninsular porque se sentían capaces de aportar, lo cual no se ha dado, más vale muchos de ellos han mejorado su economía.

Personajes con capacidad cognoscitiva también se han visto tentados a incursionar en la política, dejando a la única institución estatal de educación superior bloqueada al desarrollo, aunque ellos no lo perciban, ni se den por aludidos.

Es una pena que esta sea la realidad de la sociedad peninsular, donde muchos de los pobres habitantes han perdido el deseo de protestar porque no se benefician en nada.



 

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