Indudablemente que el 7 de noviembre tiene muchos significados
para los peninsulares, en lo medular sentirse dueños de sus destinos desde
aquella fecha.
Sin embargo, ese objetivo se ha cumplido en parte, porque a
partir del 7 de noviembre del 2007 pocos vaticinaban que después de 10 años la
provincia de Santa Elena no genere las expectativas ciudadanas en cuanto a lo
básico, que es tener un empleo, cono forma elemental para subsistir.
Para unos el recuerdo de la lucha en sitio, protestando,
exponiendo sus criterios, animándose a ser fuertes antes la adversidad es
significativo.
Para otros la provincialización les generó la oportunidad de
encontrar un trabajo en la burocracia, los más visionarios encontraron en la
política el único cambio de su vida socioeconómica.
Pero, la gran masa de peninsulares no ha encontrado la
oportunidad que con la provincialización
esperaban. Los políticos peligrosamente andan embebidos en inmiscuirse en eventos relacionados con el fútbol más que en el deporte con el objetivo de sacar réditos inmediatos, no se percatan que la mayoría de votantes mujeres no tiene ninguna motivación para ello.
Cómo gesta cívica indudablemente que ha sido un triunfo,
como desarrollo provincial estamos esperanzados a la buena voluntad y a la
capacidad de los políticos de turno, que tiene su propia óptica para planificar
nuestros destinos. En ese proceso otras alternativas de progreso como el arte y la cultura no tienen cabida porque los políticos ignoran los beneficios que estas aportan a las sociedades en el mundo
Justamente esa óptica peculiar de cada uno de los personajes
que han desfilado en la política provincial es la que no satisface, ni al
agricultor, tampoco al pescador, peor al desesperado artesano que con cualidades ve difícil
subsistir de sus habilidades ancestrales, ni se diga de la ciudadanía en
general que no entiende cómo una provincia rica en suelos, en clima, en playa,
con las mejores carreteras principales, aeropuerto subutilizado, con adelantos
y servicios tecnológicos no crece como se esperaba.
Bien por Santa Elena que logró su provincialización, el que
no progresemos con la velocidad que queremos no significa que el objetivo debía
postergarse.
Así el 7 de noviembre del 2007 hay que considerarlo como el
inicio de una lucha que no terminará nunca por lograr la equidad en las clases
sociales locales a pesar que algunos están perdiendo la esperanza.
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