Una provincia que emerge de la
ancestralidad, que ha pasado a la
historia por poseer la civilización desarrollada más antigua del Ecuador como es Valdivia, hoy se encuentra
estadísticamente como la menos productiva del país.
Las redes sociales, los medios de
comunicación resaltan las falencias coyunturales que tenemos. Años llevamos con
esta realidad de pobreza.
No es cuestión solo de dinero, es
de poseer capacidad, talento, educación, cultura, conocimiento y lo principal
respeto a nuestros semejantes
En las variadas elecciones
pasadas, muchos de los candidatos no elegidos, poseían probablemente igual o
mayor capacidad que los se posesionaron, sean como presidentes de las juntas
parroquiales, concejales, alcaldes, prefectos y asambleístas provinciales.
El pueblo decide su presente y su
futuro, hoy, nuestra realidad es ésta, el pueblo se definió por las actuales
autoridades, aunque algunas sean, buenas, regulares o deficientes en su forma de
administrar, cuando no observa cambios, también lo decide el pueblo, para ello
existe la revocatoria
Es decir el pueblo debe evitar el
excesivo uso del sentimiento a la hora de elegir a nuestros representantes
seccionales en general y apuntar más a la razón como lo planteaba Kant. El
sentimiento nos regocija, nos alegra, nos hace feliz o infeliz, pero, si no
usamos la razón, para analizar los planes , proyectos y capacidad de los candidatos, esa alegría y felicidad se convertirán en sufrimiento.
Cuando recorremos la historia
peninsular de los últimos 50 años, no podemos solo echarle la culpa a nuestros
administradores, también somos culpables de elegir tanto inepto, que solo
cambió su economía y su felicidad,
mientras el pueblo que lo eligió continúa en las misma precaria situación.