Hace 8 años los peninsulares tenían un objetivo y forma de pensar, sus esfuerzos para convertirse en provincia se cumplió en noviembre del 2007, posterior a ello los santaelenenses soñaron que se convertirían en grandes agricultores, en exitosos industriales y comerciantes, en eficientes abogados, ingenieros, economistas y más, todo vendría con la provincialización.
Los más impacientes no aguantaron y buscaron afuera las oportunidades que aquí no alcanzaron, otros más conservadores, están a la espera de una oportunidad en la localidad, que no llega después de tanto tiempo.
Para lograr el progreso de la provincia de Santa Elena ocho años puede ser poco, porque estaba en lamentable condición. Para sus habitantes 8 años en mediocridad es mucho, los hijos han crecido necesitan mejores condiciones de vida, el consumismo los atrapa y no pueden evitar comprar, es la corriente actual.
Estas realidades que le presenta la sociedad local, más el incremento de la educación en la juventud, hace al ciudadano peninsular cambiar de ideas, su pensamiento es diferente, ya no vive de la emotividad, ni de "las perlas" que le presentan la mayoría de los líderes políticos.
Ahora se rebela aunque en silencio al observar que su situación económica no cambia, mientras que la de ciertos personajes cercanos inmiscuidos en la política sí. Ellos solo observan porque no son representantes de entidades de control, para inmiscuirse e investigar cómo progresaron aquellos.
Esa forma de rebelarse, los hace no creyentes de ciertos líderes políticos, más aún, cuando la mayoría de ellos son los mismos personajes de otras épocas. Por eso cambian su forma de pensar y exigen más que antes, si no le dan obras, probablemente no habrá votos para ellos en los próximos sufragios.
La tendencia es: nuevos políticos con mejores ideas para que resurja la sociedad peninsular
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