Ante tantos justificativos, críticas y quejas de los alcaldes nuestros, la ciudadanía se pregunta ¿es tan difícil ser alcalde de una ciudad?.
Esas interrogantes más quedarían para los alcaldes de las grandes ciudades, como Quito y Guayaquil porque son polos de desarrollo, que sin pedirlo, tienen que asumir y prestar servicios a miles de ciudadanos que llegan a la urbe todos los días para realizar diferente tipos de transacciones y en la noche se van, es decir es un turismo flotante y constante que no se refleja a la hora del censo, pero las grandes ciudades los atiende, incluido a los que llegan a formar los cordones de miseria en busca del sueño de progreso.
En los cantones nuestros no ocurre eso, hay la migración, pero, no a esa escala, sin embargo nuestros alcaldes se ahogan en un vaso de agua, tienen un diagnóstico del Plan de Ordenamiento Territorial para que actúen en base a ello, pero, parece que no lo utilizan.
Como ejemplo en otras ciudades se planifica para 5 años el asentamiento de 50.000 habitantes nuevos con todos los servicios básicos, esa cantidad de habitantes equivale al 50% de los habitantes de La Libertad, el 75 % de los habitantes del cantón Salinas, y el 100% de habitantes que hay en la urbe de la capital de la provincia es decir 50.000 habitantes.
Acá no se sabe mucho lo que planifican los alcaldes, sus estrategias son íntimas, ellos y los concejales, la socialización la practican a medias, el mes de enero del 2015 tiene que rendir cuentas obligatoriamente, ya van a ver lo que explican.
Asumimos que los 3 municipios tienen un departamento de planificación, donde se estructura que rumbo va a tomar la ciudad, con datos reales, eso en cuanto al desarrollo físico de las ciudades, y lo más importante, producto de esta planificación territorial, ¿qué beneficios obtiene el ser humano?, es decir el habitante local.
Parece que muchos de los burgomaestres actúan por impulso y no por raciocinio, cuando uno le pregunta algo beneficioso para la ciudadanía se salen por la tangente, al buen entendedor pocas palabras.
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