(Dionicio Gonzabay, Toño Espinoza y Daniel Cisneros) nuevos y un prefecto (Patricio Cisneros) reelecto.Tres alcaldes que se van este 13 de mayo, parece que sin pena ni gloria, los tres expusieron sus rendición de cuenta sin que exista algo que rescatar en casi 5 años, el mismo relato de las calles, las aceras, los parques y pare de contar.
Y ¿porqué? los burgomaestres no hablaron del ser humano que viven en esas ciudades, porque las mismas no han progresado (con excepción de la obra estatal), ¿Por qué? dichos burgomaestres no tuvieron la sabiduría suficiente para darse cuenta que el pueblo los eligió no solo para recibir esas pocas obras, los eligió para que pensaran que las ciudades debían cambiar de rumbo, cómo: embelleciéndola, arborizándola, dotándolas de lugares públicos adecuados para que la familia peninsular y los turistas la visiten, pero esos lugares públicos deben estar provistos de las comodidades y de las tecnologías del caso.
Se van los alcaldes con la ciudadanía insatisfecha, al no haber recibido las obras adecuadas, parecen que en 5 años no comprendieron que las ciudades embellecidas generan turismo, que para generar turismo hay que ordenar las ciudades, hay que cumplir con la infraestrcutura básica, no se puede apostar solo al turismo silvestre con las incomodidades del caso.
Así como ha evolucionado la ciencia y la tecnología, también deben evolucionar nuestras autoridades de elección popular, ellos deben ser más análiticos, más humanos, más sensibles con nuestros hermanos peninsulares que no logran un estabilidad en su quehacer diario.
No hemos visto progreso, probablemente han invertido más de trescientos millones de dólares los tres municipios en cinco años, sin que exista una obra que destaque en cada cantón para beneficio turístico que genere riqueza a los peninsulares, hay que ver ¿qué sorpresas dejarán los que se van cuando entreguen el mando?
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