martes, 23 de octubre de 2012

Una comuna debe ser reubicada en Santa Elena

12:47

Transbordo peligroso. Galo Rosales (der.) y Gonzalo Figueroa transportaron el 17 de octubre los alimentos sobre las aguas del río Javita.

Es de esos pueblos que no aparecen en los mapas. Con menos de 15 años de fundado y ubicado a 52 km de la capital de Santa Elena, la geografía de Bajadita de Colonche, comuna de 63 familias, deberá cambiar obligadamente.

En cada invierno sus cerca de 200 habitantes quedan aislados. Por estar en el valle de inundación del río Javita, el agua y lodo suben unos 50 centímetros. El principal problema es que, por las lluvias, el camino que los une con la cabecera parroquial, Colonche, se corta por la fuerza del río. De allí que la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) en Santa Elena recomienda reubicar 22 casas. En otras palabras, reasentar al pueblo en otro sitio. Y sin ser aún época invernal, ya Bajadita de Colonche sufre un aislamiento.

El pasado 14 de octubre, por el desfogue de la represa San Vicente, debido a que está llena, el camino de tierra se volvió a cortar. El daño está apenas a tres kilómetros del poblado. La otra opción para llegar es regresar a Colonche (2 km), salir a la carretera (2 km) e ir por un desvío en Valdivia, a través de un camino de tierra (10 km) que en época de lluvias es intransitable. En medio de un inmenso valle, caracterizado por sembradíos de maíz, se divisan las primeras casas.

A doña María, una sexagenaria que habita al ingreso, le llama la atención la presencia de extraños. De inmediato convoca a quienes están en el pueblo.

Las casas están dispuestas en los alrededores que, por los dos arcos en los extremos, parece ser una cancha de fútbol.
Apenas dos edificaciones son de cemento: la Casa Comunal y la vivienda de una persona con discapacidad que recibió la ayuda del programa Manuela Espejo.

El resto es de caña y madera. Salvo por el lastre del camino de acceso, el resto del suelo del poblado muestra grietas, prueba de que allí hubo mucha agua. Carlos Villao, secretario de la comuna, organiza a varios de los habitantes.

Deben ir hasta la orilla del río Javita a apoyar a sus compañeros que regresan con las compras en Colonche. Motos, bicicletas o a pie. Todo sirve para hombres y mujeres, dos de ellas con niños en brazos.

Un hombre de edad madura cruza la fuerte corriente apoyándose en una cuerda que está atada a ambas orillas. Al llegar, a través de una soga que lleva en su cuello, a manera de polea, empieza a atraer hacia sí un saco.
 Es el tercer viaje que realiza Galo Rosales, presidente de la comuna. “Traigo víveres para dos días para cuatro familias”, cuenta. Lo apoya Gonzalo Figueroa, quien desde temprano ha llevado en bicicleta cuatro viajes de agua para sus gallinas y chanchos que cría.

 Ahora pasa sobre el río alimento para sus animales. “Estamos acostumbrados a esto. Es la cuarta vez en dos años que se corta esta vía. Además, en el invierno tenemos adentro los cauces de los ríos Hondo y Salado que también cortan la vía.
El camino lo arreglaron y volvió a colapsar”, se quejó Rosales, de 59 años. Cumplido el cometido regresan al pueblo y la quietud del ambiente es solo interrumpido por el balido de varias cabras que cruzan la comuna.

La crianza de este ganado es otra de las actividades de la que viven sus habitantes, como también, en invierno, de la siembra de sandía, melón y maíz. Figueroa regresa con el alimento para sus animales y otro viaje de agua. “Hasta antes que se dañara el camino el tanquero nos costaba USD25. Ahora nos piden USD 40, por lo que nos conviene más transportar agua del río aunque resulte más cansado”. Reposando en la escalera de su casa, Galo Rosales explica que la reubicación del pueblo aún puede tardar. “La Secretaría de Riesgos nos habló del tema, pero hasta allí quedó. Nosotros tenemos terrenos comunitarios en dos cerros.

Pero tienen que venir técnicos a estudiar el suelo. Luego gestionar con el Miduvi la construcción de las casas; con el Municipio la dotación de los servicios básicos, con la Prefectura la construcción de una carretera”. Don Galo y el resto de pobladores se sienten resignados a pasar nuevas penurias en el próximo invierno. Sandra Villao, ex presidenta, cuenta que a inicios de este año, tras un fuerte aguacero, debieron refugiarse en la Casa Comunal, pues era imposible llegar a sus casas por la cantidad de agua.

Mientras las cabras van de un lado a otro, las mujeres vuelven a sus casas a encender las hornillas, para terminar de cocinar el almuerzo. La tarea fue interrumpida para evitar que el arroz se quemara mientras daban su ayuda junto al río, que les provoca sobresaltos .

Los primeros pasos Gonzalo Menoscal,  directivo de la Secretaría de Riesgos de Santa Elena, explicó que   Bajadita de Colonche  será el primer proceso de reasentamiento de una población en la provincia.

Al momento se  cumple con el primer paso que es el  proceso, técnico y seguro,  de identificación del área que deberá tener las condiciones de suelo adecuadas para soportar la edificación de varias viviendas. La comuna  Bajadita de Colonche tiene una extensión de 1  739 hectáreas. Fue legalizada el 6 de enero del 2004  en el  acuerdo 003, luego de 7 años de gestiones.

Fuente: El Comercio

 

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