Cuando se estudia la historia de la provincia de Santa Elena, algunos libros incluyen que desde la época de la “Corona española”, el peninsular estuvo preocupado por sus tierras y por su independencia, por ello compró estas tierras a los conquistadores, sin tener la necesidad de hacerlo, en todo caso esta acción del peninsular, marca su forma de sentir sobre la propiedad comunal, para ellos la tierra es sagrada.
Cuando han pasado 500 años de aquella historia, es lamentable lo que sucede con las comunas nuestras, las tierras han estado allí toda la vida, sin embargo a medida que determinada comuna comienza a crecer incentivada por el turismo u otra forma de economía, surgen los problemas de tierras, esta situación afecta la tranquilidad de estos pueblos, inclusive el presidente de la república se ha referido en una sabatina al respecto.
Es necesario que estas tierras en pleno inicio de siglo XXI, tengan su registro de propiedad, su historia de dominio, para evitar problemas a futuro, Santa Elena es un pueblo de hombres pacíficos, pero, cuando se trata de tierras, los seres humanos cambian, por que su entorno es la vida del comunero.
Lo ideal sería que todas las tierras comunales estén con la documentación en regla, para evitar sinsabores, como la repentina presencia de los uniformados en esos sectores , aparentemente sin justificación que provocó malos entendidos, a buena hora que no ocurrió problemas mayores.
Preocupa que cuando un sector de la provincia de Santa Elena comienza a desarrollarse, surgen problemas de tierras, qué pasaría, si todas las comunas progresan, lo que hace Montañita, lo imita Ayangue, Palmar, Valdivia, Olón, San José, La Entrada, etc., ¿se multiplicarían los problemas de propiedad?, ojalá eso no suceda.
Hagamos votos, para que los comuneros se sigan capacitando, entiendan que de su preparación depende su futuro y el de su familia en lo económico, para que de esa forma tampoco cedan sus propiedades por cualquier nimiedad
Que las autoridades de turno definan esta situación sin que se afecte la propiedad de otros, por el bien de la provincia.
