Maritza Ochoa
El entorno digital se
ha convertido en una realidad a la cual el ser humano no es indiferente,
inclusive en segmentos de la población como niños, niñas y adolescentes. Sin
embargo, es necesario considerar los riesgos que surgen en este ámbito,
principalmente debido a la falta de prevención, capacitación y conocimiento
adecuado. Como respuesta a este escenario, es imprescindible establecer
controles integrales que involucren a la sociedad, a las instituciones del
Estado y a las familias para garantizar un entorno digital seguro y propicio,
en el que la tecnología se utilice de forma positiva.
Desde la academia
surgen iniciativas como la generada por el Departamento de Ciencias Jurídicas y
Políticas de la UTPL, liderada por la docente investigadora Maritza Ochoa,
quien enfatiza en la necesidad de investigar la aplicación de los derechos
digitales en niños, niñas y adolescentes y, con eso, garantizar su seguridad y
bienestar.
¿Qué se ha logrado
consolidar a través de esta investigación?
Desde el Grupo de
Investigación en Derechos Digitales y Protección de Datos Personales de la
universidad se ha impulsado y consolidado diversos proyectos de vinculación e
investigación para abordar estas problemáticas. En esta línea destaca
precisamente este proyecto enfocado en prácticas relacionadas con la protección
de datos personales, orientado a prevenir los riesgos y generar mayor
conciencia sobre el uso responsable del entorno digital.
¿Cuál es el
escenario actual en el ámbito digital?
Actualmente el entorno
digital en nuestro país sigue presentando riesgos significativos, en especial
para niños, niñas y adolescentes. En este sentido se evidencia la necesidad de
implementar procesos de capacitación, sensibilización y orientación dirigidos a
la población en general. Si bien existe un avance significativo respecto al
reconocimiento y empoderamiento de los derechos digitales, aún es
imprescindible fomentar la sensibilización y cumplimiento de las obligaciones
que tienen los usuarios en este entorno. En este orden destacamos lo que señala
la Carta Iberoamericana de Protección de Datos, la cual define que los derechos
digitales son una extensión de los derechos humanos aplicados al ámbito
digital, subrayando la necesidad de sentar un equilibrio entre derechos y
responsabilidades.
Al hacer referencia
a los derechos humanos, ¿qué tipo de derechos se reconocen en el ámbito
digital?
En el entorno digital
existen derechos fundamentales que deben aplicarse a los usuarios. Entre los
principales se encuentran el acceso a Internet, considerado actualmente un
derecho humano esencial; la privacidad y la protección de los datos personales;
la libertad de expresión; la educación digital; y la seguridad en línea. Estos
derechos son especialmente relevantes cuando se trata de niños, niñas y
adolescentes, quienes necesitan entornos digitales que promuevan su desarrollo
seguro.
En todo caso, existen
desafíos relacionados con la libertad de expresión, particularmente respecto a
cómo los menores ejercen su derecho a expresarse a través de medios de
comunicación y tecnologías. Por ello es crucial garantizar que estos derechos
estén protegidos y tengan una mayor promoción, proporcionando espacios
adecuados para que los niños participen y se expresen de manera segura a nivel
digital.
Durante la
aplicación de esta investigación, ¿cuáles son los principales hallazgos?
Como hallazgos se
encuentran importantes novedades. Por ejemplo, en los entornos educativos y
familiares se observa un fenómeno que genera preocupación, el cual está
relacionado con la sobreexposición de niños, niñas y adolescentes (sharenting)
al ámbito digital. Este problema incluye prácticas como la publicación abierta
de imágenes de menores desde edades muy tempranas, lo que genera una
intromisión en la privacidad sin un consentimiento, por características
precisamente relacionadas con la edad. Esta acción deja una huella digital que
en el tiempo puede llegar a tener serias repercusiones.
En Ecuador, aunque aún
no se consideran estas prácticas como un problema inmediato, es posible que en
el futuro desemboquen en cuestionamientos legales relacionados con la
protección de datos personales y la privacidad de los menores de edad.
¿Qué tipo de riesgos
podría desencadenar este fenómeno?
Estudios como el de
ChildFund Ecuador reconoce que los menores de edad enfrentan, por lo menos,
hasta 22 tipos de riesgos y violencias digitales por el uso que dan a Internet.
Entre ellos destaca el ciberacoso, que incluso refleja cifras alarmantes visibles
en el número de denuncias: entre 2014 y 2024 se registran 1.584 casos en total.
Una práctica más común
entre los jóvenes también surge mediante el sexting, que consiste en
enviar contenido con imágenes de carácter sexual a otras personas. Aunque este
intercambio suele ser voluntario, el problema se da cuando la persona que
recibe dicho contenido lo difunde sin el consentimiento de quien lo envió. Este
acto vulnera la privacidad de quien hace el envío e infringe sus derechos
fundamentales, especialmente cuando se trata de un grupo vulnerable. De esta
manera, la difusión no autorizada de este tipo de contenido no solo expone a
los menores a riesgos legales y emocionales, sino que además representa una
grave intromisión en su derecho a la privacidad y a la protección de su imagen
en el entorno digital.
¿Cómo se enfrenta
esta problemática?
Para enfrentar esta
problemática se sugieren y abordan modelos de intervención internacionales,
como el modelo español, cuyo enfoque está en desarrollar proyectos que
involucren a los padres de familia para fomentar prácticas responsables. Por
ejemplo, se trabaja iniciativas como el "Challenge sobre
exposición", diseñado para sensibilizar y educar a la sociedad sobre el
impacto de estas acciones. Es esencial comprender que la protección de la
privacidad de niños, niñas y adolescentes es un derecho fundamental, y su
vulneración puede facilitar prácticas dañinas como el ciberacoso que se ha
mencionado.
¿Qué pasa en el
plano legal?
En la actualidad ya
existen sentencias relacionadas con estas prácticas, destacando casos ocurridos
en contextos escolares. Un ejemplo relevante es la sentencia 456 de la Corte
Constitucional, la cual aborda la difusión de contenido sexual en estos entornos
a partir de la figura de la justicia restaurativa. Este enfoque busca sancionar
al infractor y reparar el daño causado a la víctima, promoviendo la
reconciliación y bienestar social. Este tipo de medidas subraya la importancia
de proteger la privacidad y la dignidad de los involucrados, especialmente en
casos que afectan a niños, niñas y adolescentes.
¿Qué decir de la Ley
de Protección de Datos Personales?
Actualmente, uno de los
desafíos principales es el analfabetismo digital. Sin duda es una realidad que
la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales busca abordar a través del
derecho a la educación digital. Esta garantía es fundamental para promover
cambios significativos mediante la sensibilización de los grupos vulnerables,
padres de familia y la sociedad en general.
La educación digital
debe ser un eje transversal que permita comprender los riesgos y las
responsabilidades en el entorno digital. Sin embargo, no se trata únicamente de
que el Estado implemente leyes para regular la conducta de las personas, sino
de fomentar una cultura de conocimiento, respeto y protección de los derechos
digitales. Para lograrlo se requiere un enfoque de colaboración de todos los
actores sociales para garantizar un entorno digital seguro y responsable.
Si
bien se habla de la población de niños, niñas y adolescentes, ¿qué pasa con los
padres de familia?
En el grupo de la
población en estudio se reconoce que estos son nativos digitales. Nacen y
crecen rodeados de tecnología, lo que les permite manejarla con facilidad. Sin
embargo, esto plantea un desafío importante para los padres y adultos que
ejercen el cuidado y la patria potestad respecto a la necesidad de empoderarse,
sensibilizarse y capacitarse para guiar a las nuevas generaciones en el uso
responsable de las herramientas digitales.
Aunque se dice que,
"la educación cambiará el mundo", en realidad es la educación la que
transforma a las personas y estas, a su vez, generan el cambio en su entorno.
Por eso resulta fundamental desarrollar procesos de formación que, además de informar,
orienten a las familias, instituciones y a la academia para abordar las
dinámicas actuales del entorno digital. Esto incluye enseñar cómo manejar y
controlar situaciones como el aislamiento tecnológico que se observa incluso en
reuniones familiares, donde cada individuo está inmerso en su dispositivo
móvil.
Entrevista
Gianella Carrión Salinas, Mgs.
Magíster en Comunicación y Educación
Audiovisual (Universidad de Huelva y Universidad Internacional de Andalucía –
España). Magíster en Investigación en Educación y Licenciada en Comunicación
Social por la Universidad Técnica Particular de Loja - UTPL. Docente del
Departamento de Ciencias de la Comunicación e integrante del Grupo de
Investigación “Comunicación, Educación y Tecnologías” CET de la UTPL. Miembro
del consejo editorial de la revista Perspectivas de Investigación – UTPL y de
la Red ALFAMED.
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