En el marco del Día
del Riñón, la comunidad médica y pacientes se unen por la prevención,
diagnóstico y tratamiento oportuno las afecciones renales. En el país, la
enfermedad renal crónica tiene una incidencia de entre el 8 y el 10%. Se ubica
como la primera enfermedad por años de vida ajustados por discapacidad y ocupa
el tercer lugar entre todas las causas de muerte.[1]
“El daño renal suele
ser asintomático, los pacientes no sufren molestias evidentes. Esto genera que
la consulta al médico se dé solo cuando la enfermedad está avanzada, es decir,
cuando ya presentan síntomas, como la retención de líquidos, hinchazón facial y
en manos, dificultades para orinar o reducción significativa en la cantidad de
orina, así como fatiga, náuseas, vómitos y picazón persistente en la piel”
señala el Dr. Jorge Rico, presidente de la Sociedad Latinoamericana de
Nefrología e Hipertensión.
Estos signos pueden
ser de enfermedades cardíacas u otras condiciones de salud, por ello se debe
tener un diagnóstico integral para detectar la causa. Ante cualquiera de estos
factores de riesgo y señales es importante tener una atención médica temprana
para ralentizar la progresión de la enfermedad renal crónica.
La enfermedad renal en
pacientes diabéticos:
Cuando los niveles
de azúcar en la sangre no están bien controlados, con el tiempo, esto puede
dañar los pequeños vasos sanguíneos de los riñones, lo que lleva desarrollar
insuficiencia renal y otros problemas en ojos, pies y en el sistema nervioso. Con
esta afección sus riñones pierden la capacidad de filtración, afecta la
regulación del equilibrio corporal, la eliminación de desechos, control de los
niveles de líquidos internos y el mantenimiento de la presión sanguínea en
niveles adecuados.
“Tener diabetes
aumenta significativamente el riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica,
pero también es importante tener en cuenta que hay una variedad de factores que
pueden influir en este riesgo, como la presencia de albuminuria, la duración de
la diabetes, y la presencia de otras complicaciones como la retinopatía
diabética y otras comorbilidades” afirmó el doctor Mauricio Chavez, asesor
médico cardiorrenal de Bayer.
Si cuenta con alguno
de estos factores de riesgo, es importante llevar un control adecuado sobre su
salud renal: Tener presión arterial alta o enfermedad cardíaca
(cardiovascular), fumar, tener obesidad, contar con antecedentes familiares de
enfermedad renal, tener estructura renal anormal, tener una edad avanzada, el uso
frecuente de medicamentos que pueden dañar los riñones.
Las cifras mundiales
más recientes estiman que, del total de personas diabéticas, el 90% están clasificadas
como tipo 2; y, de estos, dos de cada cinco; es decir, alrededor de un 40%,
desarrollarán enfermedad renal crónica.[2]
#ElGritoDelRiñón:
Esta campaña se dio
a conocer cuando diversos pacientes, médicos y personas del común se unieron por
redes sociales por una misma causa: Ninguna persona debería presentar
insuficiencia renal en etapas avanzadas.
La tendencia
consiste en subir un video en redes sociales con un grito al principio como: “¡OIGA!
¡OJO!” Seguido a esto responder a una de las dos preguntas: ¿Por qué deberíamos
hacernos chequeos tempranos para el riñón? ¿Qué le dirías a un amigo que tenga
factores de riesgo para invitarlo a hacerse un chequeo médico? Las
publicaciones están acompañadas de la etiqueta #ElGritoDelRiñón.
En pacientes
diabéticos, si la ERC no es tratada a tiempo y adecuadamente, puede empeorar y
convertirse en una insuficiencia renal terminal. Si esto no ocurre, necesitarán
de una diálisis periódica (tratamiento de la insuficiencia renal en fases
avanzadas para eliminar sustancias dañinas de la sangre cuando los riñones no
lo pueden hacer); o, recibir un trasplante de riñón para poder sobrevivir.
¡Oír sus
riñones puede marcar la diferencia entre la prevención y la intervención!