LEONARDO RIVADENEIRA
Los procesos
electorales van formando la historia política del Ecuador destacando lo más
importante, los votos del pueblo, esa estadística quizás aclara muchos
apasionamientos del elector, en esta época de predominio de las redes sociales
por Internet.
Argumentos para
preferir al candidato abunda, pero la mayoría son superfluos, flojos, porque
los mismos candidatos conocen que el nivel educativo y cognoscitivo del elector
ecuatoriano es bajo, ante el desconocimiento es fácil la influencia, por ello en
Facebook, Twitter, Instagram, tik tok y más, los candidatos realizan en la
mayoría de los casos bailes, cantos, mensajes flojos tratando de captar a un
electorado poco pensante.
El elector
pensante recuerda que ningún mandatario nos ha mejorado las condiciones de
vida, peor incrementado el empleo, muchos exmandatarios le han metido la mano
al IESS cuyos fondos deben ser sagrados, por eso ahora los jubilados deben
esperar 4 o 5 meses para cobrar su jubilación.
Si el elector
recordará que algunos gobiernos populistas incrementan el aparato estatal sin ningún
beneficio para el ciudadano, más vale crecen los requisitos
extras para sacar unos dólares más, especialmente al ciudadano vulnerable.
Tantos recuerdos con
poco beneficio al ciudadano elector dan la pauta de lo que está sucediendo en
los últimos años en nuestro país, con resultados de deterioro de las
condiciones de vida de las familias con menos educación por lo general
Justamente esas
familias afectadas son las que condenan o resurgen a líderes políticos en su
ansías por el poder.
El lector puede
darse cuenta de los fríos números de las estadísticas en los últimos 10 años de
elecciones en primera vuelta:
Elecciones 2013
Presidente electo
Rafael Correa con el 57.17% de electores (ganador en una sola vuelta)
Elecciones 2017
Presidente Lenin
Moreno con el 39.36% de electores (ganó en segunda vuelta)
Elecciones 2021
Andrés Araúz
37.72% ganó la primera vuelta (perdió en segunda vuelta antes Guillermo Lasso,
actual presidente)
Estas estadísticas
muestran a un movimiento revolucionario en decadencia, quizás porque su líder
no está en el país, pero es la realidad.
En pocos días
elegiremos un nuevo mandatario, el pueblo debe tratar de recordar el pasado
para que nunca más utilicen dineros privados para salvar la economía de un país.