Según datos de UNICEFF, el 70% de la población en Ecuador cuenta con agua segura, pero 30% no, lo que implica que se exponga a consumir agua con contaminación fecal. A pesar de ser uno de los países en Latinoamérica con mayor cantidad de agua dulce por habitante, parte de la población rural no tiene acceso agua para consumo humano y a esto se suma el hecho de que el 90% de las aguas residuales no son tratadas en el país.
Las aguas residuales, que se generan en un 72% por el sector residencial
y, no cumplen con las exigencias de tratamiento de la normativa vigente lo que
las encausa a los ríos, incidiendo
negativamente en el aumento de la huella hídrica del país.
Según el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica En
Ecuador, los efectos del cambio climático al ciclo hidrológico son notables en un
exceso de precipitaciones que provocan inundaciones y deslizamientos, el
deshielo de los glaciares; y en la reducción del agua. Todos estos factores
repercuten en la disponibilidad de agua salubre para consumo, la generación
hidroeléctrica, y la condición de los ecosistemas.
Alternativas para el cuidado del agua en
el hogar
El agua es necesaria para cualquier actividad
cotidiana (higiene, lavado, comida, etc). Las decisiones que tomamos como
consumidores tienen gran impacto en el ambiente. Según estimaciones de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), cerca
de un 20% del agua utilizada en la vivienda se usa para el lavado de ropa, entre
el 35 y el 40% para bañarse y entre el 20 y el 30% para la descarga del sanitario.
Por su parte, en un
estudio realizado por estudiantes de la UNAD, se encontró variaciones en los
patrones de consumo de agua en los hogares del país, ya que aumentó la cantidad
de agua consumida en la preparación de alimentos, el lavado de loza (en promedio 30% del consumo diario por persona), la ducha y el uso del
sanitario. Este último refleja un aumento en el consumo pasando de un promedio
de 3 veces por persona al día a 5 veces por persona al día.
“Ningún sector de la
sociedad puede olvidar que la conservación y calidad del agua es
responsabilidad de todos. Para BASF, el agua es uno de los principales ejes de
valor, por ello nos planteamos la misión en reducir en un 25% el consumo de
agua por tonelada producida en América del Sur. Nuestro objetivo es crear una
cultura de uso responsable en función de contribuir a la reducción de la huella
hídrica.”. Afirma Tatiana Calderón, gerente general de BASF para Ecuador.
Es por esto que, para
iniciar a hacer un uso más responsable de este recurso en las viviendas, es
importante tener en cuenta dos aspectos clave:
1. Productos de limpieza biodegradables
-sostenibles y ecológicos-. Aunque en el país ya existe, desde 2017, una
legislación que establece un contenido máximo de fosfatos para la fabricación
de detergentes y que exige la biodegradabilidad de los tensoactivos usados en
este tipo de productos, aún es necesario escoger aquellas formulaciones
ecológicas, que contengan otros ingredientes amigables como derivados de coco,
maíz o soya y que sean libres de solventes.
2. Productos con mejor
rendimiento y mayor ahorro. Cada vez el mercado ofrece formulaciones más eficientes.
Estas permiten utilizar menor cantidad de limpiador, manteniendo un buen
desempeño de remoción de suciedad, incluso con bajas cantidades da agua de
lavado y sin hacer uso de altas temperaturas, que generen gastos energéticos.
Estas alternativas son posibles gracias al uso de
tecnologías biodegradables desarrolladas por expertos en limpieza que permiten atrapar
los iones que están presentes en la dureza del agua, al tiempo que tienen un
buen desempeño.
Alternativas para el
cuidado del agua en la industria
Asimismo, gran parte de
las actividades económicas dependen del uso de agua potable. Por este motivo,
algunas formas de reducir el consumo de ese recurso en la industria son:
1. La agricultura: la eficiencia hídrica
es un pilar para este sector; por lo que utilizar sistemas de riego con mayor
precisión en el momento de aplicación, puede llegar a generar un ahorro de 36.000
litros de agua por cada mil hectáreas.
2. Cuidado
personal: crear formulaciones concentradas facilita
la fabricación de productos y permite el uso inteligente del agua.
3. Superficies sustentables: utilizar
superficies que producen capas permeables al agua y al aire permiten que el
agua de lluvia drena fácilmente, lo que facilita su captura y reutilización.
Compañías como BASF,
alineadas a los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) 6 y 9 de las Naciones
Unidas, buscan a través de alternativas más amigables, construir
infraestructura resiliente, promover la industrialización inclusiva y
sustentable, y fomentar la innovación para garantizar la disponibilidad y la
gestión sustentable del agua y el saneamiento para todos.