La Corte Provincial de Justicia de Imbabura aceptó el recurso de apelación interpuesto por Fiscalía y sentenció a Manuel Orlando P., a dieciséis años de prisión por la violación a una niña, delito que cometió durante cuatro años, desde cuando ella tenía 6 hasta sus 10 años de edad.
En febrero pasado, al finalizar la audiencia de juzgamiento, un Tribunal de Garantías Penales ratificó el estado de inocencia a favor del procesado, ya que no valoró la prueba presentada por Fiscalía en su contexto y con perspectiva de género.
En la audiencia de apelación, llevada a cabo este 26 de octubre, la fiscal Sandra Quinteros se refirió a las pruebas testimoniales, periciales y documentales que demostraron la materialidad del delito y la responsabilidad del procesado como autor directo del mismo.
Entre estas figuran: el testimonio anticipado de la víctima, en el que relata que fue agredida sexualmente en el 2002 –y durante cuatro años– por el dueño de la casa donde ella vivía con su familia y que se había callado por temor, y por no dañar la amistad que tenía el agresor con sus padres.
Constan también los testimonios de la médico legista, de la genetista y de varios psicólogos que determinaron que la joven sufre un trastorno depresivo grave y estrés postraumático como resultado de la agresión sufrida reiteradamente durante esos años.
En la adolescencia, ella contó lo que le ocurrió a un sacerdote; sin embargo, decidió denunciar el hecho ante las autoridades, luego de que entró a estudiar la carrera de medicina: en las clases de Anatomía estudiaron el aparato reproductor masculino y fue cuando se agravaron sus síntomas de depresión, por lo que buscó ayuda psicológica.
Este caso se judicializó según los artículos 512 y 513, numeral 1, del Código Penal vigente a la fecha en que se cometió el delito, en relación con el artículo 171, numeral 3, del Código Orgánico Integral Penal (COIP).
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