LEONARDO RIVADENEIRA
Décadas lleva la
corrupción en este país, pero, sucede que en los últimos trece años el aparato
gubernamental creció astronómicamente, hasta se creó la Secretaría del buen
vivir, en un país donde no se vive bien, con un presupuesto que apenas
alcanzaba para los burócratas, no supimos qué hacieron.
En el gobierno de
Correa se crearon tantas Secretarías que en vez de lograr una mejor planificación,
control y desarrollo, para que ciertos empresarios no contravengan las leyes,
ocurrió lo contrario.
En palabras eso es
plausible, pero en la realidad eso no ocurrió, más vale fue un mecanismo para
que funcionarios inmorales, sin ética, aprovechen esa función para delinquir,
concediendo autorizaciones y permisos a dedo por dinero, en casi todas las Secretaría
ocurre eso, cómo controlarlo, sería poner un investigador para cada funcionario
medio o alto que actúe contra la ley.
Así el país se llenó
de funcionarios corruptos, existen hasta el presente, por ahora la
fiscalización recae en los exfuncionarios del gobierno de Correa,
posteriormente, cuando ya no estén en el gobierno de Lenín se investigarán a los
actuales funcionarios de medio y alto nivel, para esa época probablemnte ya habrán alzado
vuelo.
Así va la justicia,
atrasada, dependiendo mucho de la investigación que realizan los medios de
comunicación, ahí recién actúan.
Santa Elena no es la
excepción hay funcionarios que cambiaron su economía, quién los controla, acá
contraloría y fiscalía es un membrete, ante ello los ciudadanos pensantes
protestan, ahora ese grupo es pequeño, el tiempo dirá que tanto crecerá.
La corrupción retrasa
un país, solo crecen los que roban, los que creen que los cargos que ostentan
son para lucrarse