LEONARDO RIVADENEIRA
Desde siempre en este país los artistas han decidido
emprender en lo que saben sea: poesía, escritura de libros, pintura, escultura,
cantantes de música popular, nacional, sopranos, obras de teatro, cine,
actores de todo tipo, porque les gusta, no por dinero en la mayoría de los
casos.
Sin embargo, debido a las pocas políticas culturales y
artísticas estatales de todos los gobiernos desde que somos república,
esos artistas emprendedores, virtuosos en su rama han tenido que abrirse campo
por su cuenta, pasando en sus inicios una serie de vicisitudes que afectan al
clan familiar, pero el artista muchas veces sacrifica hasta su bienestar
familiar por emprender en su arte.
El arte es como un placebo en el ser humano que lo practica,
fluye la adrenalina en poetas, pintores, compositores y más, cuando deciden
crear algo. Son momentos difíciles de describir, pero fácil de sentir cuando
cantores, escultores, realizadores de cine y teatro inauguran la obra.
Sin embargo, bajado
el telón, el artista regresa a su mundo, a su disciplina, el placer momentáneo
volverá en otra obra o inauguración, queda ese recuerdo, ese gozo que
sustituye el poco ingreso económico que obtuvo por su labor.
Hoy, con motivo del premio Eugenio Espejo, todos esos
artistas de gran recorrido, merecen ser premiados, pero, desgraciadamente, son
tan escasos los estímulos estatales, unos cuantos serán galardonados, muchas
veces esos premios tienen que ver con la afinidad que tengan los artistas con
el gobierno de turno que no le quita el mérito
Poco se puede esperar de esas premiaciones cuando las
decisiones están en manos de gente de la política que poco saben del sacrificio,
esfuerzo, capacidad de los artistas. Aunado a ello los gobiernos han limitado
la enseñanza de la cultura para que se escriba sobre ellos, en una época donde
aquellos políticos poca credibilidad y honradez mantienen.
El día que se active en las escuelas las enseñanzas de
moral, cívica, así, como estudios sobre el esfuerzo de nuestros artistas,
veremos que habrá más respeto y admiración por el trabajo de ellos, esa utopía
ojalá se haga realidad.
CIRCULA EN LAS REDES SOCIALES LAS VIRTUDES Y LARGA EXPERIENCIA DE MUCHOS ARTISTAS Y ESCRITORES QUE DESGRACIADAMENTE NI LAS AUTORIDADES ENCARGADAS DEL PREMIO LO CONOCEN. Los artistas mayores, algunos han podido salir adelante por tener otras profesiones que respalde su economía, tendrán que contentarse
y regocijarse que su esfuerzo es el ejemplo para las futuras generaciones