El principal engranaje para que Santa Elena progrese depende
de sus ciudadanos, si sus habitantes desean que su futuro cambie deben pasar de
la pasividad a la actividad, de lo contrario seguiremos en la pobreza, relegados,
marginados, no tomados en cuenta, ya que los responsables de mejorar la
infraestructura de Santa Elena han sido tan mediocres, es así, por lo poco que se
habla de la capacidad de ellos como modelos para futuras generaciones, eso es
preocupante.
Tan lacerante es esta realidad que hoy, debido al referéndum
pasado, muchos de ellos no pueden optar por seguir eternamente en el cargo,
ante aquella decisión popular los líderes políticos se encuentran en un dilema,
en menos de 12 meses deben presentar nuevos personajes que capten los diferentes
espacios en los GADs provincial, municipal y parroquial.
Ellos harán lo imposible por colocar su gente, ahora por la
cercanía al proceso electoral se muestran más amables que nunca, dizque más
preocupados por su presente como si los eternos políticos no supieran sus
necesidades desde hace años, entonces resulta una burla que le pregunten al
pueblo sobre sus limitaciones.
Los políticos tradicionales saben que no hay empleo, porque
no se realizan obras en función de las necesidades de los habitantes, parece
que lo hacen en función de las necesidades de los administradores de los GADs porque
sus patrimonios han alcanzado proporciones increíbles y eso que no se habla de
sus testaferros o serviles, sin embargo esa función de auditar sus bienes
compete a las autoridades de control, que hasta ahora están muy desprestigiadas
por su nula acción.
Así el pueblo observa esta realidad donde nadie se preocupa
por ellos, además ni las mismas autoridades seccionales gestionan el apoyo de
los ministerios para una variedad de necesidades, porque se encuentran
atribuladas con sus propios planes que no están logrando el desarrollo de la provincia
en general
Ante esta estadística ¿qué argumento pueden exponer para
seguir participando y ser elegidos por el pueblo santaelenense?.
Da la impresión, que nuestros políticos tradicionales se
quedaron en el siglo XX, hoy estamos en los finales de la segunda década del siglo XXI y deben,
si son consecuentes dar un paso al costado, porque están impidiendo que surjan
nuevas figuras políticas, al atrofiarlos con sus escasos pensamientos , que nos
siguen manteniendo como pueblos grandes y no ciudades progresistas
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