Nunca, antes se había dado a conocer en el país tanta
corrupción, tanto robo sistematizado, tantos contratos a dedo, tantas
actuaciones dudosas y beneficios supuestamente a terceros que coincidentemente
tienen relación con los funcionarios de turno, donde la mayoría trata de evadir
la justicia.
10 años de excesiva promoción publicitaria engañosa crearon
la imagen de un país progresista, la realidad era otra, los prestamos han sido
excesivos, un estado que promocionaba todo, convirtió al exPresidente Correa en
un aparente “Rey Midas” por la proliferación de obras, pocos pensaban que esas
obras que se concretaban estaban endeudando al país en cantidades alarmantes.
La ciudadanía está asombrada de tanta corrupción en la que
han incurrido personajes cercanos al gobierno saliente, la lista es larga, no
hay institución estatal libre de robo, se informa al ciudadano solo los casos
de vendetta política, el Fiscal se deshace del Contralor, La Asamblea lo
remata, con esos mismos argumentos el cuestionado Vicepresidente debería ser
enjuiciado políticamente, sin embargo, por estrategia de una mayoría de 74
asambleístas, el juicio se posterga.
La sociedad ecuatoriana recibe más información sobre los
casos de corrupción, que sobre la verdadera problemática que padece el país, como
es la falta de ingresos suficientes para mantener el adiposo Estado.
Mientras eso sucede, los ecuatorianos, siguen padeciendo por
la inseguridad y falta de empleo, aún no hay un plan para desaparecer esta
realidad.
La corrupción es general, la provincia de Santa Elena, no es
un oasis, no hay credibilidad en las acciones de Fiscalía y Contraloría, funcionarios
públicos y administradores de los GADS tienen falencias, sin embargo no se
conoce sobre algún caso de juzgamiento definitivo, ni sobre el enriquecimiento
de algunos de ellos que sin desparpajo muestran sus bienes.
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