martes, 6 de junio de 2017

BUSCAR A LOS VERDADEROS CULPABLES ES UNA QUIMERA

22:20




Cuántas veces ciudadanos ecuatorianos han creído que con las decisiones del nuevo presidente, el gobierno entrante al fin va a controlar la corrupción,  los culpables serán condenados,  devolverán los fondos que servirán para obras sociales de esos creídos ciudadanos

Lo han dicho casi todos los presidentes al posesionarse del cargo desde que entramos en la etapa democrática a finales de la década del 70 del siglo pasado. De  retórica y  buenas intenciones no pasamos, una vez posesionados, casi nada sucede, más vale al poco tiempo los gobiernos actuantes caen en la misma tentación, usufructuar del cargo, sin ningún escrúpulo. 

Los presidentes nombran sus ministros y demás funcionarios para que administren con honestidad las entidades o las instituciones estatales, al poco tiempo, aparecen casos de corrupción de toda índole, sorprendentemente ninguno de los llamados peces gordos son condenados.

En los últimos años la magnitud de los contratos ha crecido exponencialmente por el agrandamiento del estado, y los valores que manejan por comisión, coima u otro concepto son exorbitantes, un solo contrato cambia la vida de un funcionario.

Suponemos que el país debe seguir creciendo, por lo tanto esas cantidades millonarias que manejan los ministros y funcionarios estatales no va a disminuir, eso hace dudar al ciudadano común, de que la corrupción acabe, quizás por eso el presidente Lenín Moreno, recalcó a sus ministros lo que no deben hacer.

El fiscal actual esté actuando con celeridad, contrario al anterior que había perdido credibilidad,  algunas de sus expresiones parecían burla a la inteligencia de los  ecuatorianos.

Como siempre los políticos cierran filas y van por el mal menor, la mayoría gobiernista hace gala de su poder, ante tanta información  de posibles actos de corrupción mencionados por la Contraloría, se cortaría de un tajo estos abundantes datos, destituyendo al Contralor que ya estaba cuestionado, que si no cree en el sistema no aparecerá y dará trámite a su eliminación del cargo. Así probablemente su condena será menor y cuando baje la tormenta hasta reclamará al estado por esa injusticia en el futuro.

Controlando a la autoridad que informa sobre irregularidades,  los peces gordos imaginan  la situación más fácil de resolver.

Este bullado caso bajará su ritmo y todo intento de buscar a los verdaderos culpables será una quimera.


 

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