Es lamentable observar la agresividad con que se expresan
ahora ciertos políticos que hace 10 años eran desconocidos, hoy producto de ser
parte de la revolución ciudadana han escalados diferentes puestos, en sus
elocuciones, se los observa con rostros adustos, casi enojados, inclusive mujeres
bellas, atractivas se ven fruncidas, pedantes, atropelladoras, dueñas de las
verdad, prácticamente acosan al entrevistador para que no piense lo contrario
para que esa idea no pueda tener eco en la ciudadanía
Los incidentes que pasaron con el candidato presidencial
Guillermo Lasso y su familia es preocupante, es una forma de castigar con
piedras y palos al estilo medieval a un adversario que lo único que hace en los
medios es difundir sus ideas y planes para rescatar al país de la crisis en que
se encuentra.
Malas actitudes llevadas probablemente por alguna mente
maquiavélica para ocultar la deshonestidad de algunos que han servido a este
gobierno saliente, que no han expuesto razones de está debacle económica, y reiteradamente
hacen gala de campañas publicitarias solo para demostrar que en algo han
cumplido con los pobres a quien tanto mencionan, a esos mismos pobres una vez
terminada la campaña nunca más los visitarán.
No comprenden que en 10 años es difícil mantener ideas y proyectos
y no cumplirlos, pero el poder atrofia, aturde, desequilibra la mente y se
creen ungidos para la eternidad, por ello luchan deshonestamente, atropellan la
Ley de Comunicación creadas por ellos.
Sino lo cree observe imparcialmente las programaciones de
los Medios Públicos que son bastante, y se dará cuenta de todas las formas antitéticas
y sesgadas de opiniones, reportajes y enlatados difundidos en dichos medios sin
que alguna autoridad diga nada y cómo lo van a hacer si todos reman para el
gobierno actual
La resultante será que ciertos maestros, empleados públicos,
periodistas utilizados e identificados con la actual causa gubernamental serán
despedidos o renunciarán por su inobservancia a las leyes, es decir la ley
caerá siempre sobre el más débil, el pueblo. Los otros los que mandan, los que
han sido beneficiados del cargo, esos estarán a buen recaudo porque su disponibilidad
económica le permite dejar de trabajar o extraditarse un buen tiempo.