AGUA DE LA PENÍNSULA - AGUAPEN S.A., se inició como una
compañía privada en 1999. Desde el 2012 se convierte en Empresa Pública
Municipal Mancomunada. El 2014 el gobierno actual pagó la deuda que arrastraba
AGUAPEN que ascendía a 32 MILLONES DE DÓLARES.
Con todos estos antecedentes la ciudadanía se pregunta tienen
un empresa prácticamente regalada y cómo es posible que uno de los tantos
servicios que dice proveer AGUAPEN sigue siendo de regular para abajo
Circula por las redes sociales la renuncia del alcalde
Dionicio Gonzabay a la presidencia del directorio de AGUAPEN. En realidad los alcaldes
no deberían figurar como integrantes del directorio sino sus delegados, porque
es contraproducente con el cargo que desempeñan, pero, quizás porque en la provincia
de Santa Elena el trabajo escasea y las presiones de muchos simpatizantes de
los partidos políticos de los tres alcaldes por obtener una plaza de trabajo,
configura en que los burgomaestres inconscientemente caen en el error de nutrir esa institución con
empleados no afines, convirtiendo a AGUAPEN en un elefante blanco infuncional
por la saturación de empleados.
Hoy AGUAPEN sigue
sumida en la mediocridad, con Gino Farfán como un gerente temeroso que depende de dos de los tres alcaldes para mantenerse en el cargo.
Ninguno de los objetivos por lo que fue constituida la
empresa alcanza un rendimiento aceptable, más aún, debido a la mala
administración, el 60% del agua que provee no se cobra, cómo quieren crédito,
cómo piensan pagar esos créditos si se hiciera realidad.
Si queremos obtener la verdad de hacia dónde va AGUAPEN la investigación será larga de nuestra
parte, por la falta de transparencia de la empresa, al final se beneficiará
la ciudadanía cuando la institución demuestre sus nuevas estrategias. Hay un cartera vencida elevadísima con grandes deudores que pagan alícuotas risibles, todo esto se
permite con la venia de su actual gerente Gino Farfán, de poco hablar porque
seguramente sus errores son traspasados a los municipios de donde provienen sus
jefes.