Cada que llega el presidente Rafael
Correa a la provincia de Santa Elena a
dar su sabatina las redes sociales incrementan las publicaciones sobre
irregularidades y corrupciones de los funcionarios públicos o líderes de
elección popular locales, una vez que se va, todo vuelve a la normalidad.
Sin embargo, el pueblo santaelenense
desde hace décadas percibe que hay corrupción, pero, ¿qué puede hacer? Es difícil
para el ciudadano de a pie, probar que
un líder de elección popular o un
funcionario público es corrupto.
Abuelos, hijos y hoy nietos han
observado desde hace años que por lo general a las personas que alcanzan un cargo público, su
situación económica les cambia, es
indudable que el sueldo que perciben es bastante premio para lo que hacen,
pero, no para hacerse rico de la noche a la mañana
A pesar que con esta constitución se han inventado todo
tipo de entidades de control para evitar la corrupción, pocas son las noticias
en la que se castiga a los corruptos.
Desde que Santa Elena se convirtió
en provincia se ha visto de todo: sobre precios, obras inconclusas, tráfico de
influencias, y más.
Hoy tuvimos que publicar casi al
año de darse, el contrato de alcantarillado de extensos sectores de La Libertad,
que presumiblemente presenta irregularidades desde su adjudicación,
posteriormente la obra no se entregó a tiempo, ahora el alcalde de La Libertad
intenta realizar una ampliación de la misma obra, no sabemos con qué
argumentos, aquello si se da,
significará ¡más egresos para la municipalidad!. ¿Qué? han hecho las
autoridades de control, sea Fiscalía, Contraloría, Procuraduría al respecto.
Así un pueblo honrado, que busca
laborar y no lo logra, se frustra ante tanta corrupción difícil de probar, pero
clara a simple vista. Y es que la corrupción aunque no llegue a instancias
judiciales, no significa que los administradores nuestros que no alcanzan
valores éticos y morales, estén libre de ella.