A qué se debe el escaso progreso en los distintos sectores de la provincia y en especial en la zonas rurales, para responder con argumentos, tenemos que remontarnos a décadas pasadas, cuando la provincia producto del petróleo explotado en Ancón creció considerablemente, fue la época dorada, crecieron los negocios, la naturaleza no hacía estragos en la agricultura, producto de esa inversión y explotación extranjera en Ancón se vivía bien, muchos líderes políticos han salido de allá, hoy Ancón, lamentablemente quedó relegada, el progreso depende de los nuevos líderes .
El libro del destacado historiador chanduyense José Villón Torres “ Visión histórica de las parroquias peninsulares”, nos remonta más allá, a la época precolombina, también relata las vivencias de la colonia, las vicisitudes por la injusticia hacia los nativos de tener que comprar sus tierras a la corona española.
Esos relatos deben llenar de mística y orgullo, especialmente a los de Colonche y Chanduy. Sin embargo, no se observa esa estirpe, esa actitud de ir adelante en los líderes actuales, no sólo de esas parroquias, sino de otras como Julio Moreno, Manglaralto, Atahualpa.
Lo mismo debe ocurrir en Salinas, con sus dos parroquias rurales Muey (José Luis Tamayo) y Anconcito, si quieren funcionar como líderes, deben cultivarse, algunos están aprendiendo al andar, acercandose a líderes mayores, hay un refrán que dicen dime con quién andas y te diré quién eres, el aprender de otros no es negativo, es valeroso y beneficioso para su parroquia.
Si queremos progreso debemos cambiar de mentalidad, es importante que todos los ciudadanos y especialmente los que están en la esfera política, se ilustren, la incultura, la poca preocupación por conocer más, los hace actuar mediocremente, sin conocimiento no hay forma de provocar el cambio en las parroquias, no es solo problema de dinero.
Es cuestión de ideas, decía Célestin Freinet, decepcionado por las costosas tecnologías que no surtían efecto en la educación de la segunda década del siglo XX, si bien algunos no han salido de la academia, la experiencia les ha ido enseñando a cultivarse, para contribuir con sus parroquias.
Sería importante que los líderes parroquiales asuman otras posturas acorde con su nuevo rol, el ilustrarse, darle importancia a su ancestralidad y cultura es una manera de cambiar esta realidad, de lo contrario parecería que el único objetivo es llegar al cargo, y dormirse en los laureles, de esa forma pierde la ciudadanía, los líderes actuales deben ser unos adelantados.
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