No hay que ser muy acucioso o analítico para darnos cuenta que la falta de empleo está afectando la economía de los jóvenes peninsulares.
Cuando los líderes nuestros elegidos democráticamente realizan
obras, lo hacen pensando en sus habitantes, para mejorar sus condiciones de
vida, lógicamente lo más importante para un líder político es dotar a las
poblaciones de servicios básicos.
Sin embargo, la diferencia entre líderes del montón y
líderes que sobresalen, es la capacidad para inventarse obras que generen
productividad para sus ciudadanos de lo contrario podríamos llegar a tener
ciudades con servicios básicos, pero, improductivas.
La provincia de Santa Elena, no sale aún de la
improductividad, eso no significa que no trabajen, lo hacen los que tienen
empleo, los otros viven de la esperanza de un puesto público gubernamental o
seccional, esa mentalidad se mantiene.
Así los jóvenes profesionales o no, con curriculum en mano deciden
emigrar a otras geografías ecuatorianas en busca de oportunidades que aquí no las
tiene. Allá no les queda más que trabajar en lo que consigan.
Esa comodidad de esperar que las vida nos regale un empleo
fantástico, debe cambiar, no esperen mucho de los líderes nuestros en cuanto a
empleo se refiere, ellos ya están ahogados mentalmente en tratar de administras
sus ciudades, que presenta déficit que asusta.
Cambiar de mentalidad significa prepararse más, ser
autocrítico, evitar los ejemplos de muchos líderes actuales que hoy navegan en
el mundo de la enseñanza, no sabemos qué enseñan, no es que sea malo dictar cátedra,
pero, ellos deberían tener otros objetivos, si desean seguir sirviendo a los
peninsulares, sino serán considerados como oportunistas
Este cambio de época que tanto hablamos significa diálogo,
preguntas y respuestas que generen nuevas ideas como lo proclamaba Paolo Freire,
solo de esa manera podemos lograr que muchos jóvenes peninsulares alcancen una
mejor forma de vida, lo mismo que sus familias.
Follow @laprimeraec