Y sorprendánse amigos lectores, para un cargo de alcalde, donde probablemente el sueldo en toda su administración será de $300.000 a $ 350.000 dólares, lo mínimo que se necesita para realizar una campaña importante es $500.000 dólares. Los candidatos más sólidos económicamente, rebasarán fácil esa barrera.
Por lo que hemos observado hasta ahora, los precandidatos hablan de su curriculum académico, como si fueran a optar para el cargo del Alma Mater. Sin embargo a pesar de ello, no presentan nada nuevo.
Unos saben, otros no, que la provincia de Santa Elena basa su poderío económico en la pesca, el turismo y la agricultura, el resto sólo para las estadísticas. Con todo ese conocimiento, poco se hace para incentivar el empleo. Los programas de desarrollo a que asistimos, más son de apoyo, de dádivas y capacitación.
Pero, existiendo sólo 308.000 habitantes en la provincia, hasta ahora no existe el candidato que presente alternativas diferentes, todo es en pequeño, casi barrial, préstamos micro, que apenas alcanzará para sobrevivir.
Las mismas instituciones públicas de la provincia, no contratan con la empresa privada local, aduciendo una serie de justificativos, no se dan cuenta que al hacer esto, condenan el desarrollo del habitante peninsular. Tras que lo estancan, después le piden su voto, que ironía.
En campaña le prometen hasta trabajo al ciudadano común, cuando lleguen al cargo se darán cuenta como han incrementado las administraciones municipales actuales el personal. La ciudadanía desea cambio socio-economico. Por ello elijamos no por interés personal, sino por el beneficio de la provincia. Follow @laprimeraec