El hermano de Ana, Jesús, y su madre, Gloria, supieron el martes por la tarde que la adolescente a la que estaban buscando desesperados había aparecido muerta en la playa. "Alguien la ha matado y tiene que pagarlo", ha lamentado su hermano, aunque dice no sospechar de nadie en concreto. La familia declinó ayer hablar con los medios y pasaron buena parte del día en su piso, en la calle de Arnau d'Oms, adonde acudieron también diversos Mossos d'Esquadra.
Por ahora siguen abiertas todas las hipótesis. El cuerpo de la chica presentaba un fuerte golpe en la cabeza, pero por ahora no se ha determinado si es debido a un golpe antes de morir o al impacto con las rocas. "Solo sabemos que el mismo día que desapareció, murió. Es lo que nos ha dicho la policía", ha añadido el joven, de 21 años, que está desolado por la muerte de su hermana.
A Ana la vio, presuntamente, por última vez un amigo suyo que la acompañó hasta la parada del metro de Virrei Amat, desde donde ella iba a caminar hasta su piso, a unos 200 metros. Luego el joven explicó a la familia de Ana que él cogió el metro y se fue a la Feria de Abril, que se celebraba en la explanada del Forum, junto a la playa. Según ha explicado Jesús, el joven que acompañó a su hermana al metro era también amigo del exnovio de Ana, con el que había roto hacía unas tres semanas. Aunque, según su hermano, ambos mantenían buena relación.
Antes Ana había estado en una fiesta de cumpleaños en la casa de su amiga Brenda, junto a la estación de metro de Vilapicina, muy cerca del domicilio de la menor. A las once y media de la noche de ese sábado habló con su madre y le dijo que ya estaba de camino a casa. La madre de Ana, de origen ecuatoriano, llegó a España hace una década. La menor y su hermano, de 21 años, hacía cuatro años que vivían en el país./EL PAÌS Follow @laprimeraec