lunes, 11 de marzo de 2013

Pobreza, aislamiento y falta de atención en el norte peninsular

12:16

SALANGUILLO, Santa Elena. Cuando hay lluvias, el caudal del río que ronda a este poblado crece y aísla a la comuna.

COLONCHE, SANTA ELENA
Fueron cinco días de aislamiento. Las lluvias caídas en la provincia de Santa Elena provocaron la crecida de ríos, cuyas correntosas aguas impidieron el paso por todo medio: peatonal, de vehículos particulares y hasta de buses.

A Salanguillo, comuna de la parroquia Colonche, en el cantón Santa Elena, no llegaron alimentos desde el 1 hasta el 5 de marzo pasados. En tanto, el agua inundaba viviendas y arrasaba sembríos.

Es una realidad que viven los pobladores año tras año, en cada época invernal, y por ello reclaman a las autoridades atención en la única vía que los une con el sector urbano. Solo cuentan con un sendero de tierra y piedras en el que la misma comunidad trabajó hace unos seis años, por autogestión.

Así lo dice Alfredo Malavé, presidente de la comuna. Explica que no solo han sido olvidados por la Prefectura de Santa Elena, sino también por el Estado, que tampoco les ha dado respuesta a sus solicitudes.

“Hay una bonita vía hasta Guangala, desde ahí somos nosotros los olvidados”, expresa el dirigente de Salanguillo, comuna integrada por 158 familias, es decir, unas 700 personas.

A ello se suma la falta de agua potable. El líquido lo obtienen a través del único pozo que –sostienen pobladores– no recibe mantenimiento desde hace unos cuatro años. “La última vez que lo hicimos, a las cuatro personas que estaban limpiando tuvimos que sacarlas. Los médicos les dieron primeros auxilios porque parece que hay hasta gases tóxicos ahí”, dice.

Hace un mes, los buses de la única cooperativa de transporte que llega ahí, la Manantial de Guangala, no termina de cumplir el recorrido, debido a la corriente del río. Mientras, socios de la empresa, como Wilson Tomalá, solicitan a autoridades que ubiquen un puente por donde pasa el caudal del río.

“Tenemos cuatro de los 23 buses con daños, precisamente porque el agua daña el sistema de los carros, además de que hay baches por todas partes y la vía es de tierra, por eso llegamos solo hasta Guangala”, explica Tomalá.

En esta última población, la ciudadanía también pide que se dé mantenimiento a las calles pavimentadas, mientras que las que son de tierra requieren asfalto. “Aquí todo esto se inunda con una lluvia. Queremos carreteras nuevas”, comenta Betty Magallán, moradora de Guangala, que también es parte de la parroquia Colonche.

La situación se repite en la mayoría de poblados del norte de Santa Elena, como Las Mangas, Javita y Sube y Baja, que quedaron aislados o anegados a inicios de la semana pasada, por las lluvias. El martes, Paúl Soto, gobernador y presidente del COE provincial, hizo un sobrevuelo por las comunidades rurales para conocer la magnitud de los daños. Entonces dijo que se iba a atender a los afectados con raciones alimenticias y hasta ese día se habían gestionado cerca de 900 raciones.

Sin embargo, comuneros de Salanguillo, como Jacinto Malavé, de 84 años, aseguraban hasta el sábado pasado que aún no recibían ayuda.

Él habita en una casa de madera y cañas que está por colapsar. Vive solo y el único beneficio que hasta el momento ha recibido es el bono de desarrollo humano. “Yo solo vivo con los 50 dólares”, dice el hombre, quien tiene media cuadra de sembríos de maíz, y la mitad de ella se dañó por las lluvias.

“Necesita ayuda porque esta casa ya no da más. Lo hemos llevado para que el Miduvi le dé la casa, pero nos dicen que debemos depositar 500 dólares”, manifiesta su nieta, Rosa Elena Pozo, quien lo atiende.

Debido a las lluvias, las calles del sector Los Manguitos también se afectaron. El agua ha bajado pero queda lodo, que no permite el paso de vehículos y para quienes residen lejos de la vía principal es difícil movilizarse, sostiene Juana Tomalá. “Siempre hemos pedido el relleno de calles y ya tantos años han pasado, hasta se independizó Santa Elena, y eso no se cumple. Hasta cuándo”, acota./ElUniverso

 

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