Editorial
Celebró el pueblo peninsular el quinto año de esa gesta llamada “provincialización de Santa Elena”, con justa razón se realizaron eventos cívicos para recordar aquella acción valerosa y progresista del pueblo, que ansiaba esa meta cómo la única opción para alcanzar mejores días para los ciudadanos que habitan en esta región, poseedora de grandes recuerdos y valores históricos por lo que representa las culturas Las Vegas y Valdivia a nivel universal
En el mismo proyecto de provincialización se hablaba de sus recursos: como el petróleo, la explotación minera aunque incipiente, los patrimonios ancestrales, las playas, la gran esperanza de desarrollo de la agricultura y ganadería, la pesca, el crecimiento y el apoyo a la gran virtud del peninsular en la variada actividad artesanal.
Y los años pasaron , cumplimos cinco años de aquel triunfo cívico-político, sin embargo, los planes no han cuajado figurativamente hablando. La gran esperanza de progreso para el pueblo peninsular está lejos, por lo que se ve.
El beneficio que se observa en gran parte es debido a la inversión del gobierno actual, que está dotando de infraestructura física en lo jurídico. En la salud con nuevos hospitales. La planta de gas licuado, la terminal terrestre, el aeropuerto, los puertos artesanales. Se adolece del talento humano, donde los burócratas no captan la importancia del servicio al usuario
Algunas instituciones seccionales carecen de verdaderos talentos en especial en la variadas competencia que tienen los municipios, donde los burgomaestres no absorben la verdadera mística de la ley del COOTAD y no aportan con planes y proyectos trascendentes que propenda al crecimiento de la provincia en general
Así como estuvieron los líderes políticos de aquel entonces, prestos para lograr la provincialización, deberían haber seguido con esa mentalidad ganadora, progresista y de preocupación por el pueblo santaelenense, pero algunos desviaron el camino, comenzaron a pensar a largo plazo, afectando a un pueblo pobre económicamente, pero rico en voluntad para trabajar.
Entramos al sexto año, Santa Elena debe alcanzar su progreso por lo que hagan sus hijos, gran responsabilidad recae en los líderes actuales que no dan la talla para cumplir este nuevo objetivo.
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