martes, 6 de noviembre de 2012

¡La provincialización era una necesidad ineludible!

20:19

Leonardo Rivadeneira

La mayoría de habitantes de esta  región estamos de acuerdo que la provincializacion era la única opción para salir de esa indiferencia gubernamental pasada, los que residimos en esta paradisíaca provincia tenemos el deber moral de levantarla a un mejor nivel por el bien de los más desposeídos y por esa juventud que no encuentra donde laborar.

Hay voces de peninsulares que hablan de un lento desarrollo de la provincia de Santa Elena, esto afecta la imagen de los políticos de turno, especialmente los que están ejerciendo administración en el presente, sean estos de elección popular o los nombrados a dedo.

No dudamos que avanzamos, seríamos ciegos, al no observar ese lento crecimiento, algunos líderes más experimentados que otros, van haciendo su imagen producto de esas obras..

Sin embargo, apena observar que  en un lustro no se cumplen metas básicas tanto en la infraestructra física como en la planificación a mediano y largo plazo de la provincia de los balnearios.

El Inec ha dado algunos aportes de la realidad de la provincia que podían ser un referente para lograr cambios, eso datos nos convierte en una provincia con poco desarrollo comercial, su mayor progreso físico se debe a la inversión gubernamental.

En esto han fallados nuestros burgomaestres al no estar al ritmo de las entidades gubernamentales,  perdiendo por esa falta de visión obras complementarias que aceleren este ansiado progreso.

Los que quieren ver progreso observen a su alrededor y dense cuenta  si han cambiado la situación socio-económica de nuestros hermanos peninsulares, sean estos obreros, profesionales o intelectuales.

La escasez de líderes inteligentes al servicio de la mayoría peninsular mantiene a la provincia postrada en la mediocridad con la esperanza de esperar cinco años para decir los mismo.

El progreso para unos cuantos no es progreso, Santa Elena sino es rescatada por verdaderos líderes imbuídos de sueños, capacidad y honradez, seguirá con ese caminar lento que para algunos es rápido.

Por: Leonardo Rivadeneira
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