En dos años de estudio, un total de 34 vías de salida se detectaron en Santa Elena, las mismas que conducen a elevaciones o sitios alejados del mar ante la eventualidad de un Tsunami.
Los senderos, según Luis Enrique García, director de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgo (SNGR), en Santa Elena, están señalizados y constan de flechas de dirección y metros de distancia.
“En marzo del año pasado, unas 100 mil personas -entre habitantes y turistas- fueron movilizadas. Estamos realizando análisis de altas edificaciones en el cantón Salinas que sean sismoresistentes y puedan soportar la llegada de un Tsunami. Esa también sería la opción de los lugareños que se encuentren muy cerca a las playas”, indicó García.
Mientras que Jorge Espinoza, asesor de la SNGR, explicó que en el país, desde hace dos años, existen dos boyas (en Manta) de medición de agua y monitoreo de Tsunamis que avisan en poco tiempo movimientos anómalos. También hay 10 mareógrafos que están en la línea de la Costa y evidencian variaciones en la playa.
El experto añadió que los cambios que arrojan estos implementos son analizados por personal del Instituto Geofísico (IG) e Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar) permanentemente en salas a las que llamó 24/7 (todas las horas y días de la semana).
Dennis Chang, de la Subsecretaría de Construcción Social de la SNGR, comentó que se ejecutan campañas en Galápagos, Esmeraldas, Manabí, Guayas, Santa Elena y El Oro, además de talleres, charlas a la ciudadanía, y en los colegios sobre las medidas que se deben adoptar ante un fenómeno de este tipo.
“Se entregan dípticos (folletos), libros de colorear para niños y carteles que muestran qué hacer antes, durante y después de un Tsunami”, destacó Chang.
En tanto que Zeneida Wong, de la misma entidad, mencionó que los daños principalmente se dan en zonas costeras bajas, con salida al mar o desembocaduras de ríos. “Las embarcaciones que están en sectores de amarres no se libran de la fuerza de las olas ni tampoco los rompeolas”.
“Hay que tener cuidado también con los combustibles, aceites y gas que se derraman y contaminan. Los riesgos económicos se registran en instalaciones portuarias, pesqueras y de turismo. No olvidemos que se cortan las comunicaciones”, añadió Wong.
Bernardo Aleaga, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), reiteró que “no hay que perder ni un minuto. Si nos quedamos atrapados debemos tener los implementos cerca para subsistir, y si logramos salir no nos movilicemos en vehículo, porque encontramos un caos en las calles. Los encargados del tránsito deben cerrar las vías que no conducen a lugares seguros”.
Aleaga sostuvo que lo importante en estas emergencias es “identificar la amenaza, estar preparados, y mejorar el tiempo de reacción de la comunidad y entidades de control”. Follow @laprimeraec