viernes, 9 de marzo de 2012

¡ Seamos sensatos !

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Leonardo Rivadeneira

Cuando uno ha vivido durante muchos años en el mismo lugar no se percata que el entorno en que se desenvuelve, está estancado, que el nivel de algunos políticos es limitado, que otros se han aprovechado de la ingenuidad del ciudadano común en temporadas de elecciones para verse premiado con el voto.

Algunos oportunistas con el propósito de mantenerse en la palestra política repiten un eslogan arcaico "la península para los peninsulares", como eslogan cívico está bien,  porque esas palabras llenan de orgullo al autóctono, pero, utilizarlos como plataforma política no es correcto, es discriminatorio, grosero, de mal gusto, crea entre los que no captan bien el mensaje una especie de xenofobia entre ecuatorianos.

Entiendo como el que más, lo lacerante y desmotivador que resulta para un nativo de la península verse marginado especialmente en lo profesional porque vienen otros ecuatorianos a laborar en la provincia. Sin embargo, no es culpa del ciudadano o el profesional común,  es el sistema, tampoco sería conveniente que cientos de peninsulares que trabajan en otras provincias de este país demostrando eficiencia y capacidad, siguiendo esa premisa falsa sean marginados y pierdan sus empleos por esos pensamientos primitivos

¡Ya basta! de criterios insulsos,  de personajes cómodos que buscan lo fácil para salir adelante. Este mundo globalizado, nos hace entender que el futuro es y será de gente con conocimiento y sentido humanístico, esas cualidades sólo llegarán si nos preparamos, evitando hacerle caso a personajes mediocres que hacen equivocar el camino hacia la excelencia porque apuntan sólo  al compadrazgo y el nepotismo.

Esos pocos personajes en esta provincia que han vivido toda la vida de la política creen que tienen una imagen de hombres impolutos, que deberían ser venerados por su largo camino en cargos públicos, sin embargo para la historia local, ellos han vivido del poder del cargo antes que poder dar un excelente servicio a la comunidad, la prueba es la situación social y económica de la provincia.

Para aquellos que tienen ambiciones electorales para dirigir  cargos de gran responsabilidad,   demuestren primero honradez y capacidad para servir al conglomerado, si permitimos que la mediocridad invada a la provincia, ésta no saldrá adelante.

Correo: leonardorivadeneira@periodicolaprimera.com

 

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