Los seres humanos cumpliendo su función de procrear y convertirse en familia, intentan sobrevivir en ciudades que ofrezcan las mejores oportunidades de trabajo, por eso en nuestro país familias enteras buscan para residir los grandes polos de desarrollo como Quito y Guayaquil, sin embargo es atrayente para personas de escasos recursos las provincias cercanas a estos nichos de gran desarrollo y observamos que las nuevas provincias Santo Domingo de Los Tsáchilas y Santa Elena, se están convirtiendo en tierras tentadoras para los que migran en búsqueda de tierras y costo de vida baratos.
Hoy la provincia de Santa Elena que incluye sus 3 cantones Salinas, la Libertad y Santa Elena son víctimas de ese fenómeno imparable como lo es la migración hacia la tierra prometida. Lo habíamos dicho en anteriores ocasiones que este fenómeno sino se lo controla a tiempo va ha traer consecuencias, nada halagüeñas. Lo avizorábamos y le manifestábamos a la ciudadanía que la llegada de nuevas familias significaba incrementar aún más el déficit de agua, alcantarillado, luz y telefonía ( en menor escala)
Esto significará por las estadísticas del censo un incremento a través del presupuesto estatal en las arcas municipales, no es menos cierto que ese incremento no servirá para cubrir las nuevas necesidades básicas.
Los burgomaestres son los encargados de cubrir esos servicios, hoy el cantón Santa Elena se ve avocado a importantes asentamiento en terrenos que pueden ser considerados como urbanos, sin embargo aún la Subsecretaría de Tierras no ha logrado un entendimiento para que el municipio de Santa Elena se encargue de la distribución de esas tierras, es la municipalidad la que tendrá posteriormente la misión de entregar los servicios básicos a esos nuevos pobladores.
Si este gobierno tomó la decisión de erradicar de tajo la corrupción que se mantuvo primero con el IERAC desde 1964 y luego con el INDA a partir de 1994, es necesario que se demuestre que este cambio de nombre, sirve para beneficio de los colonos o residentes pobres de la zona que desean producir la tierra y en caso de terrenos que están cercanos a la urbe hacer convenios con el municipio para que el burgomaestre que es el planificador de la ciudad, actúe de la mejor manera.
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