La violencia de género no siempre se reconoce a primera vista: a veces
se esconde en frases cotidianas, en gestos que parecen inofensivos o en
silencios que pesan. En América Latina y el Caribe, esta realidad afecta a
millones de mujeres y persiste porque muchas no logran identificarla. Frente a
este escenario, Avon Ecuador presenta la iniciativa “Llámala por su nombre”, un
esfuerzo que busca nombrar lo que duele y poner en evidencia aquello que por
años se ha normalizado. El punto de partida es revelador: un estudio
regional desarrollado por Avon muestra que el 80% de las mujeres ha vivido
alguna forma de violencia, pero solo el 36% fue capaz de reconocerla. Esta
brecha no solo refleja cuánto se ha minimizado el problema, sino también la
urgencia de ofrecer información clara y accesible que permita reconocer las
señales, validar lo que se siente y saber que pedir ayuda es un derecho, no una
excepción.
En Ecuador, la conversación sobre la violencia de
género es impostergable y urgente. Las cifras revelan una realidad estructural:
de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) en su
encuesta de 2019, 65 de cada 100 mujeres en el país han experimentado algún
tipo de violencia a lo largo de su vida[1].
Esta agresión se manifiesta de diversas maneras, siendo la violencia
psicológica la más recurrente, afectando al 56,9% de la población femenina.
Reconocer la prevalencia y la escalada de esta problemática es fundamental para
visibilizar y desnormalizar una realidad que impacta profundamente en la vida y
el desarrollo de miles de mujeres.
A través de piezas de comunicación y mensajes de
sensibilización en medios digitales, Avon Ecuador busca promover la reflexión
en torno a frases cotidianas que encubren comportamientos violentos, como “fue
solo una vez”, “no fue para tanto” o “es por tu bien”.
Estas expresiones, socialmente aceptadas, invisibilizan conductas que afectan a
miles de mujeres y que deben ser reconocidas y nombradas como formas de
violencia.
Para Avon Ecuador, acompañar a las
mujeres significa estar presentes en los momentos que más importan. Reconocer
la violencia, nombrarla y buscar apoyo no debería ser un camino solitario; por
eso trabajamos para construir entornos donde cada mujer se sienta escuchada,
respaldada y capaz de vivir sin miedo. Este compromiso guía nuestras acciones,
porque cuando una mujer avanza, toda la sociedad avanza con ella.
La iniciativa se sostiene sobre dos pilares
fundamentales que buscan eliminar las principales barreras que enfrentan las
mujeres al momento de reconocer o denunciar la violencia:
1. Reconocimiento:
Este pilar parte de una realidad innegable: la violencia en Ecuador sigue
siendo una lucha constante, muchas veces oculta en conductas que se han
normalizado con el tiempo. Por eso es esencial reconocer los distintos tipos de
violencia, comprender cómo se manifiestan y saber identificarlos para poder
detenerlos.
En línea con el espíritu de la campaña, este pilar busca generar
conciencia para que más mujeres puedan reconocer estas señales, validar lo que
sienten y “llamarla por su nombre”. De acuerdo con la Ley Ecuatoriana, estas
agresiones se clasifican de la siguiente manera:
● Violencia Psicológica: Los comentarios que hieren, las
humillaciones (en público o en privado), el control sobre el tiempo, las
decisiones o la forma de vestir, y el aislamiento de familiares y amigos.
● Violencia Sexual: La presión, el chantaje o la
manipulación para tener relaciones sexuales, aunque no exista fuerza física.
● Violencia Económica y Patrimonial: La limitación de recursos, el control
abusivo de las finanzas personales, la prohibición de trabajar o la destrucción
de pertenencias y objetos de valor.
● Violencia Física: Cualquier acto que cause daño corporal,
desde un empujón o un forcejeo hasta un golpe.
2. Acceso a la Información: Romper el
Silencio
Reconocer la violencia es el primer paso, pero saber
qué hacer después es igual de crucial. Contar con información clara, confiable
y accesible empodera a las víctimas y a su entorno para tomar decisiones.
Este pilar se enfoca en derribar las barreras del
desconocimiento, conectando a las mujeres con recursos prácticos, rutas de
acción y redes de apoyo. El objetivo es asegurar que, una vez que una mujer ha
reconocido la agresión, sepa exactamente dónde y cómo encontrar el
acompañamiento especializado que merece.
Como parte de su compromiso con la prevención y el
acompañamiento, Avon Ecuador cuenta con una línea de atención confidencial
para sus colaboradoras, a través de la cual ofrece soporte psicológico,
asesoría legal y acompañamiento especializado a quienes enfrentan situaciones
de violencia de género. Con el propósito de que más mujeres puedan contar con
un espacio seguro donde pedir ayuda y encontrar orientación, la compañía está
implementando una prueba piloto para extender esta red de apoyo a sus líderes
de negocio, fortaleciendo así entornos más seguros, empáticos y libres de
violencia.
En Avon
Ecuador, la lucha contra la violencia de género no se limita a un mensaje: es
un compromiso vivo que se refleja en cómo la compañía opera, acompaña y
protege. Su trabajo constante para construir entornos seguros y conscientes
demuestra que la prevención no es un lema, sino una responsabilidad asumida con
seriedad. Por eso, Avon impulsa acciones que informan, sensibilizan y
respaldan, con el firme propósito de que ninguna mujer enfrente el silencio o
la desinformación. Sí es violencia, llámala por su nombre.[2]
[1]Datos Nacionales (Ecuador): Instituto Nacional de Estadística y Censos
(INEC). (2019). Encuesta Nacional sobre Relaciones Familiares y Violencia de
Género contra las Mujeres (ENVIGMU). Enlace: https://www.ecuadorencifras.gob.ec/violencia-de-genero/
[2] Definiciones Legales (Ecuador): Ley
Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres
(Texto oficial). Enlace: https://www.defensa.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2018/03/L-orgánica-integral-prevenir-erradicar-violencia-mujeres.pdf

