lunes, 22 de septiembre de 2025

La economía circular como modelo de desarrollo sostenible en las empresas ecuatorianas

14:27

 



Jorge Izaguirre. Business School

En Ecuador, apenas el 6 % de los residuos generados son reciclados, según datos reportados por Switch to Green (2023). Esta cifra resulta alarmante si se considera el enorme potencial que tiene el país para aprovechar materiales, reducir la presión sobre sus ecosistemas y, al mismo tiempo, generar oportunidades de negocio. La baja tasa de reciclaje no solo refleja un reto ambiental, sino que también constituye una oportunidad económica para las empresas ecuatorianas que decidan apostar por la economía circular como modelo de desarrollo sostenible.

La economía circular plantea una lógica distinta al modelo de producción tradicional que consume y desecha, ya que propone reducir, reutilizar y reciclar los recursos, extendiendo la vida útil de los materiales. Este cambio de paradigma es una necesidad inmediata para un país como Ecuador, cuya economía depende en gran medida de recursos naturales.

En los últimos dos años se han evidenciado avances concretos que demuestran cómo este modelo empieza a ser una realidad en el país. En el 2024 el Ministerio de Ambiente presentó la Estrategia Nacional de Economía Circular Inclusiva (ENECI), enfocada en sectores clave como la construcción, la pesca y las tecnologías de la información, con el fin de promover la innovación, la trazabilidad y las compras públicas circulares. Asimismo, se han fortalecido iniciativas locales que reflejan la capacidad de organización del sector privado y de la sociedad civil.

En Santo Domingo, desde 2022, la Red Empresarial de Economía Circular agrupa a 22 compañías que han logrado reducir costos y generar nuevos modelos de negocio al reutilizar materiales y aprovechar residuos como insumos productivos. Estos ejemplos evidencian que la transición no depende únicamente de grandes corporaciones, sino también de las MIPYMEs que representan más del 90% de las empresas ecuatorianas y generan alrededor del 60 % del empleo en el país. Resulta esencial también destacar el rol de los recicladores y de la economía popular y solidaria.

Las razones para que las empresas adopten este modelo son múltiples. En primer lugar, la circularidad permite reducir costos al reutilizar materiales, lo que disminuye la dependencia de insumos importados y la exposición a la volatilidad de precios internacionales. En segundo lugar, abre puertas a mercados más exigentes en términos de sostenibilidad, lo que representa una ventaja competitiva frente a consumidores y socios comerciales que valoran la responsabilidad ambiental. En tercer lugar, fomenta la inclusión social al dignificar el trabajo de recicladores y pequeños productores, generando condiciones más equitativas y aportando a la cohesión social. Finalmente, la economía circular incrementa la resiliencia empresarial al diversificar procesos y modelos productivos que se adaptan mejor a los cambios del entorno.

La economía circular ya no es una propuesta lejana, sino una alternativa real que avanza en Ecuador gracias al impulso de políticas públicas, proyectos empresariales y organizaciones sociales. Sin embargo, la cifra inicial de apenas un 6 % de reciclaje recuerda que el camino todavía es largo y requiere del compromiso conjunto de empresas, Estado y ciudadanía. Apostar por este modelo no es solo una decisión ambiental, sino también económica y social, pues asegura competitividad, innovación y sostenibilidad a largo plazo. Por ello, es momento de que las empresas ecuatorianas integren la circularidad como parte esencial de su gestión y de su estrategia de crecimiento, contribuyendo de manera activa a un futuro más sostenible y equitativo para el país.

 

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