martes, 29 de julio de 2025

¿POR QUÉ EL PELO SE CAE MÁS EN CIERTAS ÉPOCAS DEL AÑO?: Mitos, verdades y señales de alerta

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 Con la llegada de ciertos meses, muchas personas notan que el cepillo se llena más de lo habitual o que el desagüe de la ducha se tapa con mechones. ¿Es normal que se caiga más el cabello en determinadas épocas del año? ¿Se trata de un proceso fisiológico o hay algo más detrás? La tricología, disciplina que estudia la salud capilar, ofrece respuestas científicas a un fenómeno que genera preocupación, mitos y, muchas veces, decisiones apresuradas.

La caída capilar: un proceso natural y dinámico

Cada hebra de cabello atraviesa un ciclo de vida compuesto por tres fases: anágena (crecimiento), catágena (transición) y telógena (reposo y caída). Según explica el terapeuta tricólogo ecuatoriano Darío Boada, “el cabello puede permanecer de 2 a 7 años en fase anágena antes de entrar en las siguientes etapas y finalmente desprenderse. Es completamente normal perder entre 50 y 100 cabellos al día”.

Sin embargo, cuando múltiples folículos entran en fase telógena al mismo tiempo —por estrés, desajustes hormonales, enfermedades o incluso una mala alimentación— se puede desencadenar una caída más notoria y alarmante, conocida como efluvio telógeno, que por lo general es reversible y dura entre 3 y 6 meses.

¿Existe la “caída estacional”?

Aunque suene a mito popular, la ciencia ha documentado que el cambio de estaciones puede incidir en el ciclo capilar. Investigaciones como las publicadas en Dermatology Practical & Conceptual (2021) han observado un incremento en la caída del cabello hacia el final del verano y el inicio del otoño en ciertos climas. Esto se atribuye al fotoperiodo —la cantidad de horas de luz solar—, que afecta de forma indirecta la actividad folicular.

Pero cuidado: no todo lo que ocurre “por temporada” es benigno. “Es importante diferenciar una caída fisiológica de una patológica. No toda caída estacional es normal, sobre todo si viene acompañada de otros síntomas o es prolongada”, aclara Boada.

Mitos frecuentes (y peligrosos) sobre la caída capilar

  • “Se me cae más el pelo en septiembre, es normal.”

No necesariamente. Si la pérdida excede lo habitual, aparece en zonas localizadas o se acompaña de irritación, consulta a un profesional.

  • “Lavar menos el cabello evita que se caiga.”

Falso. Espaciar demasiado los lavados puede irritar el cuero cabelludo y favorecer la proliferación bacteriana, lo que puede empeorar la caída.

  • “Cortar el pelo frecuentemente previene su caída.”

Cortarlo mejora la apariencia y evita puntas abiertas, pero no influye en el ciclo de crecimiento folicular.

¿Cuándo acudir a un especialista?

Prestar atención a estas señales puede marcar la diferencia entre una caída reversible y un problema crónico:

  • Pérdida superior a 150 cabellos diarios.
  • Zonas visibles de adelgazamiento o calvicie.
  • Cambios bruscos en la textura o color del cabello.
  • Línea frontal que retrocede.
  • Síntomas como picazón persistente, enrojecimiento o dolor.
  • Antecedentes familiares de alopecia o enfermedades autoinmunes.

Cómo cuidar tu cabello en épocas de transición

  • Mantén una alimentación rica en hierro, zinc y vitaminas del complejo B.
  • Controla el estrés a través de ejercicio o técnicas de relajación.
  • Usa productos formulados para tu tipo de cuero cabelludo y necesidades específicas.
  • Evita tratamientos químicos agresivos o el uso excesivo de calor.
  • Consulta con un tricólogo para obtener un diagnóstico y tratamiento personalizados.

“El diagnóstico temprano es clave. La tricología permite entender la causa real de la caída y diferenciar un fenómeno estacional de una condición que necesita intervención médica”, concluye Darío Boada, terapeuta tricólogo y director de Darma Studio.

 


 

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