Ramiro Aguilar Torres
El país amaneció con todas las
alarmas prendidas. Allanado el Consejo de la Judicatura; detenido el presidente
Wilman Terán; varios jueces y toda una supuesta organización criminal aparentemente
relacionada con quien en vida fuera Leandro Norero, narcotraficante asesinado en
la cárcel. El nombre de caso es Metástasis y me parece bien que lleve ese
nombre; porque un país con una justicia tan corrompida ha llegado efectivamente
a la metástasis.
La fiscal general Diana
Salazar no es santo de mi devoción, la considero incompetente y de un
servilismo casi feudal con la embajada americana; pero esta vez ha obrado bien.
Precisamente por sus deficiencias y sus cercanías, es de suponer que la razón para
haber logrado estructurar una sólida investigación sobre una mega organización
narco judicial, es que las agencias americanas hicieron lo suyo para armar pruebas
y expedientes en toda la regla. Los americanos son profesionales en las
investigaciones criminales, letales en las guerras y entretenidos en las
películas. En todo caso, con o sin americanos, ¡ya era hora!
No obstante, falta señora
fiscal, falta.
Sigamos su línea argumental:
una organización de narcotraficantes logra penetrar la estructura del poder
Judicial incluidos presidentes de cortes provinciales, jueces de primer nivel y
fiscales. Logra sobornar a las autoridades del Servicio Nacional Penitenciario.
Es tan agresivo el contagio, que el propio presidente del Consejo de la
Judicatura podría estar involucrado. Bien señora fiscal, pero ¿cuál es el
enlace entre la banda de narcos, los jueces, fiscales y la policía? Vamos
señora Salazar, no nos fatiguemos, hagamos un esfuerzo más, ¿cuál es el eslabón
que une el narco con la justicia corrompible? Sí, eso mismo señora Salazar,
¡los abogados! Su mega operación Metástasis
queda coja si no logra procesar a todo el grupo de abogados que, en estos años,
se han consolidado como una verdadera organización delictiva. Siempre los
mismos, caso tras caso, el mismo grupo, solo es cuestión de revisar las listas
de defensores. Algunos ex fiscales y ex funcionarios de la fiscalía que venden
como valor agregado sus contactos en la fiscalía y el Consejo de la Judicatura.
La fiscal del Ecuador es
campeona para hacer allanamientos. Ese pequeño procedimiento se lo sabe de
memoria; luego, cuando avanza el proceso, se le caen los casos. Los que no se
caen son aquellos donde hay asistencia de los americanos como el del ex
contralor Pablo Celi. Espero que está vez a la señora fiscal no se le caiga
este mega proceso. Es de suponer que de los celulares y computadoras
incautadas, salga la información que le falta, la continuación necesaria del
caso Metástasis: la organización delictiva de abogados ex fiscales y ex jueces.
Hay, desde luego excepciones de ex funcionarios de la fiscalía que ejercen la
profesión de abogado con mucha dignidad. Acá estamos hablando de los otros, los
que ofrecen el servicio completo, los tres platos: juez, fiscal y abogado.
Mas allá del caso Metástasis
que se lleva todos los titulares del día de hoy, quiero hacer una pequeña
ejemplificación de lo que sostengo: doña
Miriam es fiscal en Durán, y don Pedro es el juez de garantías penales en la
misma ciudad. En la noche anterior el sicario Joffre es detenido en una redada
policial, La policía hace su trabajo y lo pone a órdenes de la fiscal y el
juez. Llega la audiencia de flagrancia y la fiscal hace una débil acusación y
no pide medidas cautelares. ¿Miedo? ¿Dinero? Probablemente es miedo y dinero. La
cuestión es ¿quién contacta a juez y fiscal para trasmitir el mensaje de la
banda? El más cercano es el narco abogado o narco aboga a cargo de la defensa
del sicario. Estos personajes parapetados en el libre ejercicio de la profesión
y en el derecho de Defensa, son los correos del miedo o de la plata.
Soy abogado penalista desde
hace treinta años. Sé perfectamente la diferencia entre ejercer el derecho de Defensa
de un acusado, ser duro en una audiencia donde los hechos permitan una defensa
dura; y la intimidación al juez o al fiscal o el arreglo del caso en el partido
de fútbol del miércoles, donde a pretexto de jugar, se transan juicios.
El caso Metástasis está en
pañales. Ojalá la señora fiscal que sacó diez sobre veinte en su examen para el
cargo, está vez pase de los allanamientos y llegue al fondo del delito y su
condena. Solo así dará el tratamiento judicial que la metástasis nacional requiere.
No me simpatiza señora fiscal, pero está vez lo hizo bien. Termine el trabajo. Vaya
al fondo de la cuestión. Por ahora no es momento de hablar de su juicio
político. Si ese era el objetivo, lo logró.