LEONARDO RIVADENEIRA
Se celebró
el año 16 de provincialización, bien por aquellos ciudadanos que creyeron en el
proyecto y lo concretaron, mal para otros ciudadanos que lo hicieron pensando que una independencia traería beneficio económico
para gran parte de los habitantes locales, en ese tema se equivocaron, porque
la realidad es distinta, triste, desesperante, lo peor que nuestras autoridades
de elección popular no dan la talla para enderezar esta paupérrima realidad.
Lo más
preocupante que la mayoría de las nuevas
autoridades muestran signos de ineficiencia notable, bordeando la ignorancia, camino
casi a actuar delictivamente, con el pretexto de continuar con las obras de
anteriores autoridades de elección popular.
Esta
muestra de incapacidad le permite cometer errores que pueden ser tildado de
peculado, la mayoría ahora están
mareados con el poder, los que son parte de estos Gobiernos Autónomos Descentralizados
también, se sienten poderosos porque en la provincia de Santa Elena existen
funcionarios de Contraloría que nunca observan un error ni peculado, sus
informes se limitan a que corrijan lo que manifiestamente son robos a las arcas
municipales, al permitir que no paguen las multas por atrasos en las obras o incumplirlos.
Una
provincia que muestra corrupción solapada hasta por ciertos integrantes del poder judicial no
progresará, los ciudadanos que eligen, apenas tienen tiempo para conseguir el
pan de cada día, difícilmente ante esta presión se van a interesar en presionar
a las autoridades de elección popular a que rectifiquen, existe una sociedad
peninsular pasiva, esa actitud la está destruyendo, por ende afecta a sus
descendientes, hijos, nietos que aún no consiguen empleo.
La pasividad
les encanta a nuestras autoridades de elección popular, ya saben que con baile
y regalos lo tiene en su mano, la resultante es la que vivimos actualmente,
pobreza por todos lados y un futuro oscuro.