La población
entre los 16 y 34 años sobrepasa el 30% de los votantes, en esas edades los jóvenes
más pensantes inician su ciclo de desarrollo profesional, familiar, pero las políticas
públicas para mejorar sus condiciones de vida no van a la par de sus
necesidades, lo que es peor al no ser atendidas, genera peligro para la juventud
frágil, la más vulnerables caen en vicios, otros terminan delinquiendo.
La mayoría de los
candidatos a la presidencia poco tratan estos temas que le interesa a la
juventud, por ello el desinterés y apatía, aunado a la poca credibilidad en los
candidatos, porque solo ofrecen sueños en campaña, el resto del tiempo
desaparecen.
Piden los jóvenes cambios estructurales para mejorar sus condiciones de vida, eso no ocurre, mucho son engañados, que le van a dar un bono, pasantías, empleo, nada se cumple, son tentados a votar sin criterio.
Ojalá mucho de
esos jóvenes marginados por el sistema político actual, se inserten en la sociedad
por sus ideas, sus emprendimientos, pensando en un buen candidato no en
promesas o en líderes que dicen que van primero en las encuestas, la historia de candidatos
favoritos ha fallado desde que asumió la democracia el poder con Jaime Roldós.