LEONARDO RIVADENEIRA
El ser ignorante
no es un insulto, pero es una realidad en nuestro país, por su dimensión, por
la inversión que hacen los políticos, acaparan las redes sociales, medios
digitales y algunos medios tradicionales que simpatizan con políticos de
actualidad, con ese apoyo se lanzan a emitir muchas mentiras, una ciudadanía
ignorante le cree, al verlo tan seguido en los medios le comienza a simpatizar el político de turno,
si tiene virtudes físicas, ayuda en el caso de las damas, algunas hermosas y
virtuosas, otras solo hermosas y mentirosas.
Un ejemplo de las
mentiras que propagan los políticos para influir sobre la ciudadanía votante,
han mencionado a la fiscal general del estado Diana Salazar, tratándola como
una copiadora de su tesis realizada en el 2005, en el medio digital “La Posta”
pusieron como ejemplo un software que analiza estos procesos y se encontró que
la influencia de tesis pasadas solo llega al 6%, pero los proponentes para
influir seguramente sobre el electorado apasionado, sutilmente incluyen
análisis de tesis posteriores a la publicada por la actual fiscal.
Debo reconocer
que no sé de leyes solo es una apreciación de cómo se influye mintiendo. Por eso
los políticos nos quieren ignorantes, pero no es que ellos son unos ilustrados
sumos, también son ignorantes, sino que no se dan cuenta, ni les interesa. Su
interés es apoltronarse en las entidades estatales porque les paga bien, más el
rédito que obtienen por actuar supuestamente a favor del pueblo.
A puertas de una
elección hay dichos y refranes de los políticos llenos de mentiras que decantan
y encanta a esos ciudadanos que creen que pronto llegará el mesías, lo engañan
para que voten por ellos, no hay forma que un país progrese sin producir, los
creyentes de los políticos creen que el mesías le suministrará casa, y empleo. Triste
realidad que nunca ha pasado en este país, pero hay ciudadanos que por
ignorancia o porque es su deseo lo cree.
Así llegan los
políticos al poder, el país poco les importa, le interesa solo lo que ellos
puedan sacar de los estamentos estatales, una verdad es que son bien pagados,
aunque por ahí algunos dicen que le pagan poco. No es cuestión de paga es de
honradez.
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