RAMIRO AGUILAR TORRES
Uno de los bulos más locos que he leído en los últi- mos días lo echó a rodar a Guillermo Lasso Mendoza al decir que el narcotráfico ha financiado con 15 o 20 millones de dólares el último paro nacional.
Soltó el dato en un par de entrevistas internacionales aumentando a discreción la cifra según el grado de asombro del o la entrevistadora. El narcotráfico es una actividad ilegal y altamente combatida. No tiene una estructura corporativa ni balances. No hay com- probantes de retención ni facturas. Hay carteles; sumas en efectivo; áreas de influencia territorial; y sobre todo, los narcos no regalan dinero. Cuando a cualquier funcionario le preguntan ¡Cuál es el monto del lavado de dinero del narco en su país? La respues- ta suele ser no sé; porque si lo supiera sería porque tenemos las cuentas y el rastro financiero, blo- quearíamos las cuentas e incautaríamos el dinero.
Por eso me sorprende la exactitud en la cifra que da Lasso; y la vaguedad de todo lo demás. ¿Qué cartel dio el dinero? ¿A qué dirigente? ¿Qué pedía el narco a cambio? Nada de eso dice Lasso, quien, con precisión de contable, dice, eso sí, que fueron entre 15 y 20 mi- llones de dólares.
Una vez que Lasso abre la boca y suelta la cifra, todos los medios corporativos la repiten sin preguntarse nada más. Es decir, validan la cifra y se resisten a poner luz sobre los aspectos grises de la declaración. El caso no es raro.
En estos días en España, se ha descubierto un audio que pone en evidencia que una importante cadena de TV hizo pública la noticia falsa de que el ex vice- presidente del gobierno español, Pablo Iglesias, tenía una cuenta en la que Maduro le había depositado varios millones; y que a pesar de que sabían que era groseramente falsa, la subieron al aire para perjudi- car a Iglesias.
¡El rumor lo habría empezado la DEA dándolo como primicia a un periodista para que se lo contara a otro, con el fin de que lo dijera al aire. Luego se repitió hasta hacer de la mentira, verdad.
Juguemos con la hipótesis: Algún funcionario DEA o de la CIA en Ecuador quiere montar un bulo parecido. Pues basta que se lo cuente a cascabelito (conocido periodista usado para estos menesteres desde hace años) o a cualquiera de la misma ralea, para que lo suba a la web, o se lo cuente, a manera de infidencia a alguien cercano a Lasso, quizá su minis- tro de Interior o Exteriores
Listo el cuento! Va el ministro donde Lasso y le dice que el narco financió el paro nacional. Al presidente le suena lindo el chisme y lo saca a la luz. Como es ex- perto en temas de financiar cosas claras y no tan claras, tira números y piensa que, si él habría estado en trance de poner un billete para algo parecido, no habría puesto más de 20 millones en el paro.
En este punto, como en todo teatro, se interrumpe la función para que los espectadores puedan salir al bar. En la segunda parte de la obra, el público quiere saber qué dirá el narco de toda esta historia. En otras palabras, lo dicho líneas arriba: qué cartel puso el dinero, cómo y a quién lo entregó; y sobre todo: qué ganaba el narco con financiar el paro nacional, to- mando en cuenta que: la mejor policía que puede tener como aliada, es la ecuatoriana tal y como la tiene el gobierno de Lasso. Es lógico que el mejor mo- mento del narco para instalarse en un país es aquel en que su institucionalidad está destrozada, como la tiene Lasso. Vemos, entonces, que el Ecuador de Lasso es como la Riviera para los narcos; ¿Para qué querrían sacarlo o alterar la normalidad?
Como ustedes puede leer, el bulo de Lasso no admite más análisis.
El narco no financia paros. Financia políticos, policías y jueces corruptos. El narco no quiere que las circun- stancias que hacen que su negocio vaya viento en popa, cambien. Todo lo contrario, el narco es silenci- oso, conservador, le gusta la normalidad y la desigualdad, porque en ellas opera.
Ahora que Guillermo Lasso se ha contado una fake de narcos, hay que pedirle que se cuente una de zombis
Follow @laprimeraec
.jpg)
.jpeg)
